Dos importantes escritores suizos
Max Frisch (1911) analiza con frío distanciamiento el problema de la alienación social y de la identidad humana en sus dramas (Andorra, 1961) y novelas (No soy Stiller, 1954; Homo faber, 1957).
Friedrich Dürrenmatt (1921) adopta en cambio un tono sarcástico al presentar un mundo dominado por el azar y el mal. Es también dramaturgo (La visita de la vieja dama, 1956; Los físicos, 1962) y narrador, con divertidas parodias policiacas (La promesa, 1958; Justicia, 1985).