Los versos más apasionados de Gustavo Adolfo Bécquer estaban inspirados en sus propios fracasos amorosos. El primero de todos tuvo que ver con Julia Espín, de quien se enamoró sin ser correspondido. A continuación, mantuvo una relación amorosa con Elisa Guillén, quien le abandonó. Pero su más importante desengaño lo sufrió con su propia esposa, Casta Esteban, con quien se casó en 1861 y tuvo dos hijos. El poeta sevillano se separó en 1868, cuando se enteró de la infidelidad de su mujer.