Florecimiento de los años 90
Los años noventa son una década de oro para la novela vasca. Se editan muchísimas obras y cada vez hay más escritores: jóvenes preparados, universitarios y en contacto con otras literaturas fuera de la vasca. Entre la variada oferta son dignos de mención:
- Bernardo Atxaga: Behi euskaldun baten memoria (1991), Gizona bere bakardadean (1994).
- Anjel Lertxundi: Otto Pette (1995).
- Edorta Jiménez: Speed gauak (1991), Azken fusilak (1993).
- Saizarbitoria: Hamaika pauso (1995), Bihotz bi (1996).
En esta época es frecuente tratar temas políticos y situaciones que cada vez se alejan más del entorno rural y pesquero. La vida de los jóvenes también es un tema común en nuestra literatura.