La supuesta aparición de la Virgen en Ezkio-Itxaso en 1931 movilizó a miles y miles de personas que querían ver lo que dos niños del pueblo guipuzcoano aseguraban haber visto.
A mediados del siglo XIX Bilbao tuvo que hacer frente a otra epidemia de cólera. Muchos habitantes de la ciudad fallecieron.
Katalina de Erauso era una mujer que prefirió vivir como un hombre. La obligaron a ser monja, pero escapó del convento y marchó a América. Allí se hizo alférez y cumplió su sueño de vivir como un hombre.
En el siglo XX, el médico de Donostia Fernando Asuero, que curaba a los paralíticos gracias a un método asombroso, se hizo conocido en todo el mundo.
En el siglo XIV las fronteras entre Álava, Gipuzkoa y Navarra estaban repletas de salteadores de caminos. Para terminar con este problema se crearon las hermandades.
El poeta Indalezio Bizkarrondo Bilitx vivió una infancia muy dura; cayó del balcón siendo niño y tuvo la cara llena de cicatrices durante toda la vida.
Las tropas franquistas detuvieron al cura vasco Jose Ariztimuño. Poco después, fue fusilado frente a un cementerio.
Cyrano de Bergerac, el soldado-poeta creado por Edmond Rostand, era una persona muy fea, y esa fealdad condicionó mucho su vida.
El rey estaba convencido de que las brujas habían invadido Lapurdi. Para terminar con ellas mandó al inquisidor Lancre.
Jose López Zabalegi era un humilde sargento del ejército de Óbanos (Navarra), pero estuvo a punto de dar inicio a una guerra, a finales del siglo XIX.
Simon Bernardo Zamakola, diputado general de Bizkaia a principios del silgo XIX, encabezó el movimiento que trataba de poner coto a los privilegios de la burguesía de Bilbao y a los derechos del Consulado de Bilbao.
En 1631 se creó el monopolio de la sal. La sal al ser un ingrediente fundamental para la conservación del pescado y la carne, los vizcaínos se rebelaron contra la autoridad del rey Felipe IV.
Los ferrones, conocidos también por el seudónimo de rebeldes, fueron los protagonistas de una lucha sangrienta: La rebelión. Fueron los días más dramáticos de la historia de Bilbao.
A finales del siglo XVI los ferrones de Mirandaola cometieron un grave pecado: trabajaron el domingo, el día que Dios había asignado para el descanso.
El 23 de octubre de 1940 Francisco Franco y Adolf Hitler se reunieron en la estación de Hendaia para firmar un tratado.
En 1937, año en que bombardearon Gernika, Joseba Elosegi era capitán de los gudaris. Elosegi prometió que devolvería ese fuego al dictador Franco y 33 años más tarde cumplió con la promesa. En el frontón Anoeta de Donostia-San Sebastían se prendió fuego a sí mismo.
El verano de 1936 el barco vasco Arriluce fue secuestrado en aguas del Ferrol y llevado a puerto. Los rebeldes franquistas, detuvieron al capitán del barco, Cosme Barañano, y lo fusilaron tras de un juicio lleno de mentiras.
Dolores Ibarruri, Pasionaria, fue una mujer con mucho carácter desde muy joven. Se rebeló contra las malas condiciones de los mineros vizcaínos y se convirtió en un mito.
Antonio Canovas del Castillo asumió funciones de jefe de Estado durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena. Murió asesinado en el balneario de Santa Águeda, dentro de la comarca de Arrasate-Mondragón, por el anarquista Michelle Angiolillo.
Manuel Ignacio Santa Kruz Loidi fue el misionero de Colombia para algunos, para otros, en cambio, fue un temido guerrillero.
Tomás Zumalakarregi fue el general del ejército Carlista. Fue herido en Bilbao y falleció pocos días después.
Cuando las tropas de Napoleón Bonaparte invadieron su ciudad, el pastor Gaspar Jáuregui se fue hacia las montañas. Allí comenzó su vida como guerrillero.
En 1638 Hondarribia fue asediado por las tropas francesas, con el cardinal Richelieu a la cabeza. Los lugareños se pusieron a las órdenes del capitán Egia para hacer frente al invasor.
En 1492 los Reyes Católicos decidieron expulsar a todos los judíos. Antonio Tornay era judío, pero también el mejor médico de Vitoria-Gasteiz.
Errolan era sucesor del emperador Carlomagno. Falleció en Roncesvalles, tras ser herido por los vascones.