Paul Newman odia las entrevistas
vie, 28 may 2004Paul Newman, odia las entrevistas y, al igual que Hitchcock, las aprovecha para contar anécdotas inventadas. En una entrevista, el actor comentó que sus primeros papeles en el cine fueron en películas pornográficas.
Pedro Almodóvar despidió a Jorge Sanz en el rodaje de Carne Trémula
jue, 1 abr 2004El actor Jorge Sanz sólo llevaba tres días de rodaje, pero había estado ensayando su papel durante dos meses. Almodóvar lo despidió simplemente porque no le gustaba su interpretación. Su sustituto fue Liberto Rabal. Eso sí, Jorge Sanz cobró, íntegro, su salario de 10 millones de pesetas.
En una entrevista concedida a la edición alemana de In Touch, el actor confesó que le "encanta vestirse de mujer". Pero Clooney tiene un problema a la hora de "travestirse", y es que calzarse unos zapatos de tacón le resulta complicado, "no es de extrañar porque necesito la talla 44". Aún así, esta no es la única extravagancia del actor, quien vivía y dormía con un cerdo vietnamita hasta que conociera a la mujer de su vida. Aunque siente afición por la ropa femenina, asegura no preocuparse por la moda, presta más atención a su físico, a su pelo en particular para "evitar que haya alguna calva".
Ni la Segunda Guerra Mundial, ni la de Vietnam, ni las dos Guerras del Golfo han podido con los Oscar, puesto que nunca se ha suspendido la ceremonia. Sin embargo, sí es cierto que ha sido aplazada en tres ocasiones, por tres tragedias diferentes. El primer aplazamiento de los Oscar tuvo lugar en 1938, debido a unas enormes inundaciones en Los Ángeles. La ceremonia se aplazó una semana. El segundo aplazamiento sucedió en 1968, debido al asesinato de Martin Luther King. El funeral se celebró el mismo día en que iba a tener lugar la ceremonia de los Oscar, así que esa ceremonia se aplazó dos días. Y la tercera vez que se aplazaron los Oscar fue en 1981, ya que la fecha oficial de la ceremonia coincidió con el intento de asesinato de Ronald Reagan. En esa ocasión, la ceremonia de entrega de los Oscar se aplazó sólo veinticuatro horas.
Robert De Niro tiene muy mala fama entre los integrantes de un gremio muy especial: el de los conductores de limusinas de Los Ángeles. Y es que estos conductores se quejan de que, cuando les toca llevar a De Niro a estrenos de cine o a fiestas con celebridades, el actor nunca deja propina. Muchos de esos conductores son mexicanos y hablan castellano, y por eso le han puesto el siguiente mote al tacaño de Robert De Niro. Le llaman "Robert Di Nero" o, incluso, "Robert No Di Nero". Porque si le piden que suelte un dólar, el chico no suelta ¡ni un centavo!