Volver a la página índice
Sergei Mikhailovich Eisenstein: una forma diferente de entender el cine (II)
mié, 23 mar 2005 18:23:00 +0100

Muy interesado en el montaje, Eisenstein fue uno de los cineastas rusos más importantes en la cinematografía mundial. Comenzó en el teatro organizando obras para soldados, pero el cine lo cautivó muy pronto y llegó a realizar películas tan conocidas como Alexander Nevsky e Iván el Terrible.

En 1930, Eisenstein, fue a Europa y América. Los proyectos que presentó en Estados Unidos fueron rechazados y se escribieron panfletos en su contra. Fue recibido como un genio pero también con desconfianza de tener un "comunista" en Hollywood.

Eisenstein no pudo filmar nada en Hollywood porque le imponían las condiciones y se dirigió a México, donde inició el desastroso proyecto de dirigir una película mexicana. Comenzó a rodar ¡Que viva México! (1931). Cuando llevaba rodados más de 50.000 metros, se ordenó parar la producción, por lo que el director debió volver a Moscú. La película quedó inacabada, siendo objeto de varios montajes nunca realizados por él. Además, su figura y estilo de montaje tuvo una decisiva influencia sobre el cine mexicano de la década de los cuarenta.

En Moscú, Eisenstein no consiguió sacar adelante ningún otro proyecto de película pues desde las altas esferas se le rechazaban todas las ideas que sugería. El director se dedicó a la enseñanza y a escribir libros para dejar su experiencia escrita.

Las humillaciones le llevaron a dirigir otra película, El prado de Bezhin (Bezhin Lug, 1937), sobre un cuento de Ivan Turgeniev, que fue prohibida porque la consideraron muy experimental y no se vio jamás. Durante algún tiempo se creyó que había sido destruida durante la Segunda Guerra Mundial.

Eisenstein no se desanimó y realizó Alexander Nevsky (Aleksandr Nevskii) en 1938, su primera película sonora. Es una historia ambientada en el siglo XII, y logró un gran éxito entre los espectadores rusos. Con ella ganó el premio Stalin y le concedieron la Orden de Lenin.

En 1944 terminó la primera parte de Iván el Terrible (Iván Grosny), que contaba la ascensión al trono y traición sufrida por Iván IV, un zar del siglo XVI.

Finalmente, en 1946, la noche en que terminó el montaje de La conjura de los Boyardos, segunda parte de Iván el Terrible, Eisenstein sufrió un grave infarto. Esta película fue prohibida durante diez años y no se estrenó hasta la muerte de Stalin. Eisenstein vivió dos años más y nunca consiguió hacer la tercera parte.