El relato de cualquier película para que sea comprensible a de seguir un hilo narrativo. En el cine, el montaje es la técnica que se emplea para la ordenación narrativa y rítmica de los elementos del relato, es decir, el montaje es el proceso de escoger, ordenar y empalmar todos los planos rodados según la idea previa y el ritmo determinado por el director del film. La manera de colocar los diversos planos puede cambiar completamente el sentido, y por lo tanto el mensaje, de una película.
En el montaje se hace casi toda la película. Se cambian secuencias, se suprime lo que no gusta, se añade o se acorta el ritmo. Se empalman, según el orden del guión, los fragmentos que han constituido una filmación, ya que normalmente se filma en el orden que marcan las circunstancias de dirección y producción o las debidas a la disponibilidad de los actores y a causas climatológicas o de estación. Se seleccionan, entre los diferentes fragmentos de cada toma procedentes del laboratorio, los que se consideran mejores, y el montaje se efectúa en una mesa de montaje provista de una moviola.
Actualmente existen sistemas de montaje que tienden a hacer desaparecer la moviola. Se trata del AVID. Es una mezcla de montaje que utiliza vídeo y ordenador. Posee 4 canales de vídeo, una amplísima paleta de efectos digitales de imagen y 24 pistas de sonido digital de 40 kb. Trabaja con el negativo, por lo que no hay necesidad de positivar la imagen, que se digitaliza y se introduce en el ordenador. Se accede inmediatamente a cualquier fotograma y se puede aumentar, transformar, colorear, eliminar y trucar cualquier elemento.
El montaje de la película puede ser de dos clases: por un lado está el montaje interno del encuadre, es decir, cuando a la hora montar el film se tienen en cuenta los elementos que aparecen en la imagen o los elementos que están dentro del encuadre. Por otro lado, está el montaje externo, es decir, el montaje de diversos planos, y es el que se realiza mediante la moviola o el sistema digital AVID. En el montaje externo, se realiza una yuxtaposición de los diferentes planos, que internamente ya están montados. Se seleccionan los mejores planos y se ordenan según la medida y situación conveniente.
El montaje externo requiere seguir unas para que la narración de la película sea comprensible. A continuación se mencionan algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de realizar el montaje:
Escala: los cortes de cada escena, que suponen supresión de fotogramas, de un movimiento, no pueden ser arbitrarios. Un pequeño cambio de imagen produce una incomodidad visual, se trata de un salto de imagen.
Angulación: cuando el anterior error se aplica a la angulación, se trata de un salto de eje, efecto óptico que se produce cuando se cruzan los ejes de la acción, y por tanto, se da una perspectiva falsa en la continuidad de los planos correlativos.
Dirección de los personajes u objetos : se trata de producir la impresión correcta en el caso de la dirección de los personajes en tomas diversas. Los movimientos de diferente dirección han de tomarse con direcciones opuestas, y los movimientos de igual dirección, con igual direcciones. El error es el salto de eje. Tiene que haber raccord o continuidad. Además, en las acciones estáticas la dirección de las miradas de los personajes determinan el eje de acción, que es la línea imaginaria a los largo de la cual se desarrolla la acción de los personajes en el espacio.
Montaje en movimiento: en todo montaje en movimiento, las figuras que se siguen deben ser parecidas, sólo diferentes en su magnitud y posición.
Velocidad: se puede variar la rapidez de los planos en un momento dado para aumentar o disminuir el interés. La velocidad del montaje debe responder al desarrollo del episodio, no a su velocidad física o a su rapidez dramática.
Distancia focal: hay que mantenerla sin variar. Si no, se produce un salto de distancias.
Si a la hora de realizar el montaje se toman en cuenta estos aspectos, el telespectador entenderá el relato de la película de forma mucho más fácil.