Para separar las distintas parte, secuencias, en que tiene una película, el cineasta ha de recurrir a diferentes pasos y elementos de paso, llamados cortes cuando se hacen directamente. En gramática cinematográfica pudiéramos llamarles signos de puntuación.
También la escritura cinematográfica posee sus signos de puntuación, es decir, sus comas, sus puntos, sus puntos y comas y sus puntos y aparte. Conviene saber que en cada época se emplean estos signos de modo distinto y que cada autor tiene su estilo propio de puntuación. Actualmente, los signos de puntuación más utilizado en el cine son los siguientes:
En el Corte dos imágenes distintas se empalman pasando de la una a la otra directamente. Es la transición más sencilla.
En el Fundido a negro la imagen se oscurece progresivamente en la pantalla hasta el negro total. La toma siguiente comienza en la oscuridad y se ilumina gradualmente hasta alcanzar el brillo normal. Hubo un tiempo en que se consideraba casi obligatorio empezar cada escena con un fundido en blanco y terminarla con un fundido en negro. Hoy en día, la tendencia es utilizar estos fundidos con moderación e incluso prescindir de ellos, empleando medios más útiles para indicar el paso del tiempo.
El encadenado consiste en el desvanecimiento de una imagen que se sobreimpresiona con la progresiva aparición de la siguiente. El encadenado entre dos imágenes es una transición suave que suele utilizarse para sugerir que, a pesar de haber transcurrido cierto tiempo entre las dos secuencias, existe un nexo o una fuerte conexión narrativa entre ambas. Así, puede hacerse un fundido encadenado a partir de una mujer que contempla sombreros de un escaparate hasta el momento en que se la ve andando por la calle con uno de esos sombreros puestos.
De hecho existe también cierta tendencia a prescindir del fundido encadenado en una situación tan directa como la que se ha expuesto. Por razones de simplicidad y economía, muchas transiciones en el tiempo se efectúan mediante un simple empalme pasando instantáneamente de una imagen a la siguiente. Desde luego, en toda esta cuestión influye el gusto personal y la moda, y también el carácter que se pretenda dar a la filmación. El empalme directo es agresivo y directo, en tanto que el efecto visual del fundido encadenado es lento y sosegado.
El barrido es un procedimiento de transición que se realiza en la fase de registro cuando la escena acaba. La cámara se desplaza con una panorámica tan veloz que sólo se aprecian manchas fugaces en la pantalla. El barrido como las otras transiciones también sirve para enmarcar una elipse temporal más o menos prolongada, aunque a veces posee un estilo espacial, se trata de demostrar lo que está ocurriendo en ese mismo momento en algún otro lugar.
En el desenfoque la última imagen se va desdibujando progresivamente, a medida que la siguiente inicialmente desenfocada se perfila poco a poco hasta adquirir toda su nitidez. En una situación narrativa apropiada este enlace cumple la misma función que un fundido encadenado y su realización en la cámara es muy sencilla. El desenfoque además funciona para introducir un recuerdo del pasado o un acontecimiento onírico o fantástico imaginado.
La cortinilla hace que la nueva escena entre en la pantalla lateralmente, desde arriba o desde abajo "empujando" materialmente a la anterior. Usando un iris o coronillas móviles especiales, se consigue que la imagen irrumpa desde el centro, expandiendose rápidamente en forma de círculo o estrella, hasta ocupar toda la pantalla. Produce, como es natural, un efecto muy llamativo y por ello parece más adecuado reservar este método para los anuncios de la televisión u otros filmes comerciales.