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Pola Negri, una vampiresa del cine mudo
vie, 29 ago 2008 18:29:00 +0200

Pola Negri nació en Lipno (Polonia) en 1894. Su verdadero nombre ERA Barbara Apolonia Chałupiec, y fue la gran reina del drama del cine mudo. Con sus miradas y su exotismo, cultivó una imagen de vampiresa que se vio reforzada por escándalos y amoríos.

Pola estudió danza y formó parte en su temprana adolescencia del Imperial Ballet, lugar donde interpretó diversas obras musicales. Pero una lesión la obligó a cambiar de profesión, volcándose en el mundo de la actuación. Estudió interpretación en la Escuela de Arte Dramático de Varsovia y se convirtió en una asidua de las tablas.

Con la aparición del cine, Pola se trasladó a Alemania y, tras triunfar en el Teatro Alemán de Max Reinhardt, en Berlín, entabló amistad con el director Ernst Lubitsch, quien impulsaría el nombre de la actriz a escala mundial.

Algunos de sus títulos más conocidos fueron Los ojos de la momia (1918), Carmen (1918), Madame du Berry (1919), Sumurum (1920) o El gato montés (1921), todos ellos dirigidos por el maestro Lubitsch.

Su exotismo desprendido no pasó desapercibido para las productoras estadounidenses, especialmente para la Paramount, que consiguió que Pola se trasladara a los EE.UU. en 1923 para iniciar allí su carrera americana, convirtiéndose en la primera gran estrella europea requerida por los estudios de Hollywood.

Etapa exitosa

Con ella también viajó Ernst Lubitsch y juntos realizaron una de las películas más recordadas de la actriz, La frivolidad de una dama (1924).

Durante mediados y finales de los años 20, Pola Negri se convirtió en una de las grandes divas del cine mudo, gracias a filmes como La bailarina española (1923), Bella donna (1923), Sombras de París (1924), La hechicera (1925), Buena y traviesa (1926), Las eternas pasiones (1927), Hotel Imperial (1927), Tres pecadores (1928), La mujer de Moscú (1928), Mazurca (1935) y Tango nocturno (1937).

Sus constantes choques de ego con otras grandes actrices de la época, como Theda Bara y Gloria Swanson, y sus líos amorosos con míticos actores como Charles Chaplin y Rodolfo Valentino fueron muy sonados.

El cine sonoro

Con la llegada del cine sonoro su popularidad fue desvaneciéndose, ya que su fuerte acento polaco le impedía asumir los papeles que por esos momentos representaba. Después de los años 30 realizó muy pocas películas, la mayoría en Alemania donde trabajó para los famosos estudios UFA.

A comienzos de los años 40 retornó a EE.UU. y participó en Casados sin casa (1943) y La bahía de las esmeraldas (1964).

En 1970 publicó su autobiografía Memorias de una estrella. Sin embargo, los últimos años de su vida son todo un misterio. Muchos la comparan con el personaje de Norma Desmond que interpretó en Sunset Boulevard, una antigua estrella del cine mudo olvidada que llega a perder la cabeza.

Falleció a los 93 años en San Antonio (Texas, EE.UU.).

(Fotos: IMDB)