A lo largo del siglo XX surgieron frutos en el mundo del cine que no llegaron a madurarse. Jóvenes actores que en la flor de su carrera desaparecieron de la gran pantalla dejando a un público totalmente rendido a sus pies. Hoy, siguen siendo iconos del séptimo arte, interpretes que jamás caerán en el olvido.
Marylin Monroe (1926-1962)
¿Actriz o símbolo sexual de los 50? A Norma Jeane Mortenson se la recuerda de formas diferentes. Con faldas y a lo loco, Una Eva y dos Adanes, Los caballeros las prefieren rubias o Como casarse con un millonario son películas protagonizadas por la actriz.
La carrera de Marylin comenzó en 1945. Salió en la portada de más de 30 revistas, ya teñida de rubia. Tres años más tarde conseguía un papel protagonista en Ladies of the Chorus. Pero esta carrera prometedora se desmoronó el 5 de agosto de 1962. Antes de su muerte, se dice que había tenido un romance con Robert F. Kennedy y John F. Kennedy, cuya decisión de abandonarla pudo haberla empujado a consumir una sobredosis de barbitúricos. Así, fue encontrada muerta en su casa calificando el suceso como suicidio, aunque también se barajó la opción del asesinato. La autopsia de la actriz nunca reveló la ingesta masiva de sustancia alguna.
James Dean (1931-1955)
James Byron Dean destacó en una fugaz carrera de 3 años. Rebelde sin causa y Gigante fueron dos películas que le hicieron brillar. Ambas destacan por tener una anécdota en común: Dean tuvo que firmar un contrato donde se le prohibía competir en carreras de automóviles mientras durasen los rodajes. Ese fue su trágico final. James Dean compró un Porsche 550 spyder que una mañana sacó a pasear junto a su mecánico. El destino quiso que en un cruce en California un coche conducido por un estudiante chocase con su vehículo. El otro conductor y el mecánico lograron salvarse pero el 30 de septiembre de 1955 el mundo entero lloró la triste perdida del prometedor actor de 24 años.
Brandon Lee (1965-1993)
Se dice que las comparaciones son odiosas, pero así vivió Brandon Bruce Lee hasta que logró ser aclamado por el público. Siempre estuvo a la sombra de su padre, el actor Bruce Lee, quien también murió a los 32 años en circunstancias extrañas.
Se lanzó en 1986 con Kung-Fú, película con la que obtuvo buenas críticas, pero fue más tarde con Rapid Fire cuando llegó al estrellato. Lee falleció a los 28 años cuando rodaba una escena de El Cuervo y recibió un disparo accidental. Una imprudencia de uno de los encargados del set causó el fatal infortunio. El revolver Mágnum del calibre 44 que se usaba para el rodaje contenía una vieja bala en el tambor metálico que nadie descubrió hasta que fue disparada. El disparó alcanzó al actor en el abdomen causándole la muerte varias horas después. A pesar de que el suceso se clasificó como `accidente', hay quien dice que se trató de un ajuste de cuentas y que pudo haber sido intencionado.
La escena en la que Brandon fue herido de muerte no fue usada en la película. El accidente ocurrió en 1993 cuando quedaban 8 días para terminar la filmación, que tuvo que ser completada mediante efectos digitales. Para acallar los rumores que entonces surgieron, en un principio se dijo que el actor de El Cuervo había muerto en un accidente de coche.
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