Rodolfo Valentino fue un actor italiano que apareció en las pantallas del cine mudo para convertirse en el primer latin lover del celuloide. No tuvo una larga carrera cinematográfica, ya que falleció a los 31 años a causa de una peritonitis. Pero la muerte de la que fuera una de las primeras estrellas del star system causó un gran shock entre sus seguidores. De hecho, hubo grandes disturbios en su multitudinario funeral e incluso su muerte provocó cientos de suicidios de sus fans.
Rodolfo Alfonso Raffaello Pietro Filiberto Gugliemi di Valentina D'Antonguolla, más conocido como Rodolfo Valentino o Rudolph Valentino para los angloparlantes, nació en Castellaneta (Italia) el 6 de mayo de 1895.
Rodolfo Valentino pasó por varios colegios cuando era niño, pero nunca fue buen estudiante. En su juventud viajó a París, ciudad en la que, además de perfeccionarse en baile y conocer la vida mundana, dicen que coqueteó con el ambiente gay.
El joven Rodolfo viajó a Estados Unidos en busca de oportunidades. Llegó a Nueva York el 23 de diciembre de 1913 y después de ser jardinero y camarero, entre otros oficios, comenzó a trabajar como bailarín en el club Maxim.
Al baile le siguió el teatro pero no consiguió mucho éxito, por lo que se trasladó a California para buscar suerte en la emergente industria del cine. Su andadura en el cine comenzó en 1915, cuando consiguió trabajar como extra en diversas producciones de Hollywood mientras alternaba su trabajo como bailador en las fiestas nocturnas de las estrellas de Beverly Hills.
Trabajó en unas veinte películas mudas exóticas, ambientadas en lugares dispares y lejanos y llenas de historias de amor extraordinarias y peligrosas y mágicas aventuras, ideales para que Valentino se luciera, ya que se convertía con facilidad en el centro de todas las miradas.
Su lanzamiento al estrellato vino con la película de uno de los mejores directores del cine mudo, Rex Ingram, Los cuatro jinetes del Apocalipsis (basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez), famosa por la escena en que baila tango, la cual le valió para que comenzase su fama como sex symbol. A ésta siguieron El Caíd (1921), la conocidísima Sangre y Arena (1922), El águila negra (1925) y finalmente El hijo del Caíd (1926).
Rodó un total de 25 películas para la Metro, la Paramount y finalmente bajo contrato con United Artists.
En cuanto a su vida personal, tenía unas curiosas aficiones. Era un aficionado de las ciencias ocultas y le volvían loco las joyas. Pero lo que más ha trascendido son sus relaciones amorosas. Dicen que tuvo varios romances con hombres, entre los que destaca el que tuvo con el también actor Ramón Novarro.
Estuvo casado dos veces, con la actriz Jean Acker y con la directora artística y de vestuario del filme La dama de las camelias (1922) Natacha Rambova. Durante un tiempo, el actor mantuvo relaciones con ambas mujeres a la vez, por lo que se provocó un escándalo por bigamia.
Su segunda esposa intervenía en todas las decisiones concernientes al trabajo de Rodolfo Valentino pero cuando éste fue contratado por la United Artists, Hollywood ya estaba quemado por el comportamiento de Rambova, y se le prohibió definitivamente su injerencia en los rodajes. A partir de entonces sus vidas se fueron separando.
La muerte de una estrella
El 15 de agosto de 1926, cuando contaba con 31 años, Rodolfo Valentino sufrió un colapso. En el hospital le diagnosticaron una úlcera gástrica de la que le operaron, pero días después sufrió una peritonitis, que fue la causante de su muerte.
El 23 de agosto de 1926 falleció Rodolfo Valentino, una de las primeras estrellas del star system Hollywoodiense. Su prematura muerte provocó una gran tristeza entre sus numerosos seguidores, que acudieron en masa a su multitudinario funeral. Incluso hubo cientos de personas que se suicidaron ante la gran pérdida que había supuesto la muerte del latin lover por excelencia.
(Foto: www.rudolph-valentino.com)