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Sam Peckinpah y la lírica de la violencia
vie, 30 nov 2007 18:28:00 +0100

Su contundencia expresiva le valió el apelativo de "Bloody Sam" por parte de cierto sector de la crítica que no supo entender la unión de violencia y lirismo en su cine. La violencia física, la traición de la amistad, la perversión de la niñez, la hipocresía de la religión... planea sobre todas y cada una de sus películas. Sus historias, fatalistas y extremas, dotadas de ambigüedad moral, muestran sujetos solitarios, antihéroes con los que, paradójicamente, el espectador se identifica. Vilipendiado por muchos en su día, su aportación al cine de los años 60 y 70 es innegable.

David Samuel Peckinpah nació en Fresno, Estados Unidos, el 21 de febrero de 1925. Empezó sus estudios de teatro en el Fresno State Collage y los completó en la University of Southern California.

Su primera incursión en el cine vino de la mano de Don Siegel en 1954, trabajando de asistente y actor secundario en La invasión de los ladrones de cuerpos. Su debut como director llegaría en 1962 con Compañeros mortales, y un año después dirigiría Duelo en la Alta Sierra, protagonizada por Joel McCrea y Randolph Scott.

Grupo salvaje, su obra maestra

Tras sufrir las primeras reprimendas de los estudios al ser expulsado del rodaje de Cincinnati Kid en 1965, y después de comprobar cómo Mayor Dundee, del mismo año, era cortada en la sala de montaje sin su consentimiento por la Columbia, se embarcaba en su película más famosa: Grupo salvaje.

La violencia sin concesiones se convierte en un ritual inevitable en Grupo salvaje, un paso del hombre para, paradójicamente, huir de la violencia. El uso de la cámara lenta y un frenético montaje, junto a baños de sangre y tiroteos interminables, causaba un enorme impacto, lo cual le valió el apodo de "Bloody Sam".

Su época más prolífica

Después, en 1970, Peckinpah rodó La balada de Cable Hogue, una poética y sosegada historia que la Warner Bros, enfurecida por no tener el producto que según ellos el público demandaba, se negó a promocionar debidamente.

Un año después, dirigió la inolvidable Perros de paja, con Dustin Hoffman como protagonista, un filme tachado por diversos grupos feministas de misógino.

Peckinpah volvió a dar un giro de 180 grados con Junnior Bonner, protagonizada por Steve McQueen, con el que repetiría en La huida.

La década de los setenta fue la época de mayor productividad para Peckinpah, ya que en esa época rodó Pat Garrett y Billy de Kid (con Bob Dylan), Quiero la cabeza da Alfredo García, Los aristócratas del crimen y La cruz de hierro, según Orson Welles la mejor película contra la guerra.

Las drogas y el declive

A finales de la década de los 70, Peckinpah, con la salud muy mermada por sus problemas con las drogas, rodó Convoy y Clave: Omega.

Sam Peckinpah fallecía el 28 de diciembre de 1984 en Inglewood, California, sin el más mínimo atisbo de la revalorización que viviría su obra dos décadas después. Asimismo, su influencia en la trayectoria de cineastas como Quentin Tarantino, John Woo o Brian de Palma es incuestionable.

(Foto 1: http://assets.m80im.com; fotos 2, 3 y 4: http://carteles.metropoliglobal.com; foto 5: http://www.imdb.com)