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Cary Grant, el galán de Hollywood I
vie, 30 mar 2007 18:27:00 +0200

Pieza clave e insustituible del Hollywood de los años dorados, Cary Grant ha sido icono de importantes realizadores como Hitchcock, Stanley Donen o Howard Hawks. Participó de todos los géneros, destacando por su maestría en la comedia, pero sin desmerecer antológicas interpretaciones en el drama, la intriga y el bélico.

Archibal Alexander Leach, Cary Grant nació en la ciudad de Bristol (Inglaterra), el 18 de enero de 1904, en el seno de una familia muy humilde. Sus padres eran Elsie Marie Kingdon y Elias Leach.

En 1913 su madre fue internada en un psiquiátrico, hecho que afectó seriamente a su estabilidad emocional. Para hacer frente a la situación, el joven Archie comenzó a frecuentar el mundo de music hall, abandonando el colegio a los 14 años para probar fortuna en el mundo del espectáculo.

En 1918 se unió al grupo de Bob Pender, en la cual demostró sus habilidades acrobáticas y bailarinas que posteriormente rememoraría en algunas secuencias de sus títulos cinematográficos. Cuando en 1920 la formación de Pender llegó a los Estados Unidos, Archie deció quedarse en el continente americano e intentar debutar en el teatro de Broadway.

Debutó en varias comedias musicales como Golden Dawn o Nikki y en 1932 firmó un contrato con los estudios Paramount, que le sugirieron que se cambiara de nombre. Archie adoptó el apelativo de Cary Grant.

Ese mismo año, debutó en la gran pantalla con la película de Frank Tuttle Esta es la noche. Mae West fue la persona encargada de impulsar la carrera de Cary Grant, quien exigió la participación en películas como Lady Lou (1933, Lowel Sherman) o No soy ningún ángel (1933, Wesley Ruggles).

En 1935 Grant abandonó la Paramount y representó su primer gran papel en la película La gran aventura de Silvia (1935), una película de George Cukor co-protagonizado por Katharine Hepburn.

La intervención magistral de Grant no pasó desapercibida y su rostro volvió a aparecer en películas de éxito, como Ídolo de Nueva York (1937, Rowland V. Lee), o Una pareja invisible (1937, Norman Z. McLeod). Ese mismo año interpretó junto a Irene Dunne La pícara puritana (1937), una comedia dirigida por Leo McCarey que ganó el Oscar a la mejor película.

Con el estrellato conseguido, los últimos años de la década de los 30 trabajó en las siguientes películas: La fiera de mi niña (1939, Howard Hawks), Vivir para gozar (1939, Cukor), Gunga Din (1939, George Stevens), Sólo los ángeles tienen alas (1939, Hawks) y Dos mujeres y un amor (John Cromwell).

Los años 40 y 50 lo confirmaron como uno de los actores más importantes de todos los tiempos. Luna nueva (1940, Howard Hawks), Mi esposa favorita (1940, Garson Kanin), Historias de Filadelfia (1940) o Serenata nostálgica (1941, George Stevens) fueron algunos de sus mejores filmes en esa época.

(Fuente de las fotos: www.classichollywoodbios.com )