Montgomery Clift tuvo una carrera corta pero exitosa como actor, comenzó en el teatro, antes de dar el salto al cine. Fue nominado cuatro veces para los Oscars, pero no llegó a llevarse ninguno. Los mejores directores de la época trabajaron con él que se especializó en interpretar a personajes deprimidos y de vida atormentada. Un grave accidente de tráfico partió su carrera. Desde entonces, aunque actuó en buenas películas, las drogas y el alcohol se fueron adueñando de su vida.
Edward Montgomery Clift nació el 17 de octubre de 1920 en Omaha (Nebrasca, EEUU). Empezó a trabajar en el teatro desde muy joven, con 14 años debutó en Broadway en la obra Fly Away Home. En 1948, siendo ya un actor conocido en Nueva York, dio el salto al cine y rodó dos películas: Los ángeles perdidos y Río rojo.
Clift fue nominado al Oscar al mejor actor por su trabajo en Los ángeles perdidos de Fred Zinnemann, sería la primera de las cuatro nominaciones que tendría en su carrera. Después de esta película rodó con el gran actor John Wayne y bajo las órdenes de Howard Hawks el western Río rojo.
Pronto se hizo conocido también en Hollywood. Su interpretación en La heredera (1949) de William Wyler le puso entre los mejores actores de su generación. Aún así, Clift siguió viviendo en Nueva York, no estaba de acuerdo con el star system.
Nada más comenzar la década de los 50, actuó en dos películas: Sitiados, dirigida por George Seaton y Un lugar en el sol (1951). Con el film de George Stevens llegó su segunda nominación a los Oscars. Clift no ganó la estatuilla, pero la película se llevó seis Oscars. Trabajando en esta película conoció a la que sería su gran amiga Elizabeth Taylor.
El maestro Alfred Hitchcock le dio el papel de un cura acosado por un policía (Karl Malden) en la película Yo confieso (1953). Ese mismo año rodó De aquí a la eternidad. Dirigida por Fred Zinnemann y con Frank Sinatra y Burt Lancaster como compañeros de reparto. Por su actuación recibiría la tercera nominación al Oscar al mejor actor. También en 1953 rodó con el director neorrealista italiano Vittorio de Sica la película Estación Termini.
Grave accidente
En 1954 Montgomery Clift tuvo un accidente de tráfico que marcaría su posterior carrera. Mientras rodaba El árbol de la vida, al salir de una fiesta en casa de Elizabeth Taylor, se estrelló con el coche contra un poste de teléfonos. A causa del accidente se le desfiguró el rostro, el suceso hundió a Clift en una depresión y buscó refugio en el alcohol y las drogas. Gracias a la cirugía estética le reconstruyeron la cara y volvió a trabajar, pero las drogas y el alcohol se hicieron ya dueños de su vida.
Montgomery Clift volvería al cine con Corazones solitarios (1958) de Vincent J. Donehue y El baile de los malditos (1958), de Dmytryk. En esta última película compartía protagonismo con Marlon Brando. Al año siguiente, volvería a trabajar con Elizabeth Taylor en la película de Joseph L. Mankiewicz De repente, el último verano. En el rodaje de este film Clift no dejó de beber y si no fuese por la intervención de su amiga Elizabeth Taylor y de Katharine Hepburn, el director le hubiese echado de la película.
La nueva década comenzaría con la actuación en grandes películas. Elia Kazan dirigió a Clift en Río salvaje (1960) y a continuación el actor participó en Vencedores o vencidos (1961) de Stanely Kramer. Por su papel en esta película logró su cuarta y última nominación para los oscars, esta vez como actor secundario, y también optó a los premios BAFTA como mejor actor extranjero. En está película Clift compartió cartel con Spencer Tracy, Maximilian Schell, Burt Lancaster y Judy Garland. A continuación rodaría dos películas a las órdenes de John Huston Vidas rebeldes (1961), con Clark Gable y Marilyn Monroe, y Freud, pasión secreta (1962).
Montgomery Clift se fue alejando del cine, debido a su mala salud, aunque volvió para participar en El desertor (1966), Raoul Levy. Ese mismo año, el 23 de julio, murió de un ataque al corazón, tenía 45 años.
Fuente de las fotos: www.imdb.com