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William Wyler, director exigente y perfeccionista (I)
vie, 04 ago 2006 18:26:00 +0200

El director de cine estadounidense William Wyler siempre fue exigente respecto a todos los aspectos de su cine: temática, intérpretes y componentes técnicos y artísticos. Comenzó realizando películas mudas del oeste, pero más tarde tocó todos los géneros, cosechando éxitos en todos ellos, si bien, sus mayores logros se dan en el campo del drama. Wyler ganó tres Oscars como mejor director. Algunas de sus películas más renombradas son Los mejores años de nuestra vida (1946) y Ben Hur (1959).

William Wyler nació en Mulhouse (Francia) el 1 de julio de 1902. Después de haber estudiado comercio y música, en 1920 se trasladó a Estados Unidos. Ocho años más tarde conseguiría la nacionalidad. Wyler empezó a trabajar en los estudios Universal, en el departamento de publicidad. En 1925 tuvo la oportunidad de dirigir su primera película, un western: Crook Buster. En los diez años siguientes dirigió más de cuarenta filmes para el estudio, la mayoría de ellos ambientadas en el salvaje oeste.

La forma de hacer cine de Wyler no coincidía con la de los grandes estudios. Cansado del escaso interés por la calidad y del frenético ritmo de producción que reinaba en la Universal, donde según el director realizaban películas como si fueran mercancía, en 1935 abandonó los estudios y firmó con la Metro Goldwyn Mayer. En esos estudios realizó sus mejores películas. Dejando un poco de lado las películas del oeste que realizaba al principio, llevó al cine las obras dramáticas y novelas de la época: Desengaño (1936), por ejemplo. Por está película fue nominado para el Oscar a mejor director. Los próximos diez años (desde 1936 hasta 1946) tuvo una colaboración muy estrecha con el productor Samuel Goldwyn, realizando entre los dos películas de gran calidad, entre otros, Horizontes de Grandeza (1939) o El Forastero (1940).

Después de rodar Dead End (1937) con Humphrey Bogart, fue cedido a la Warner Bros para dirigir Jezabel (1938), con Bette Davis y Henry Fonda. Tanto la película como la actriz fueron nominados para los Oscar. William Wyler y Bette Davis realizarían más películas juntos: La Carta (1940) y La Loba (1941).

El estallido de la Segunda Guerra Mundial daría un giro a la carrera profesional de Wyler. En 1942 dirigió La señora Miniver, un drama ambientado en la guerra. Con ella ganó su primer Oscar como mejor director. A continuación se enroló en el ejército estadounidense y dirigió diversos documentales en el frente de batalla. Conoció de primera mano las consecuencias de la guerra, y relacionada a ella, realizó una de sus películas más personales y, según algunos, el mejor de sus filmes: Los mejores años de nuestra vida (1946). La película se centra en las dificultades que encuentran tres veteranos para adaptarse a la vida diaria tras la Segunda Guerra Mundial. Con ella ganó su segundo Oscar como mejor director.

Sin embargo, en los siguientes años esta película le daría más de un disgusto a Wyler. Durante la caza de brujas algunos vieron en ella un intento de mostrar América desde un punto de vista poco favorable. Wyler, que fundó junto a otros liberales de Hollywood el Comité por la Primera Enmienda, mostró desde el principio un abierto rechazo hacia el maccarthysmo: "Están haciendo que la gente decente tenga miedo de dar su opinión. Van a crear un miedo en Hollywood que dará lugar a la autocensura. Y la autocensura paralizará la pantalla; sólo se producirán películas que se ajusten a un patrón arbitrario de americanismo".

Por ello, o por alguna otra razón, la carrera de William Wyler sufrió un cierto parón en la segunda mitad del la década de los 40.