Cuando en 1986 el guitarrista filipino Joey Santiago ojeaba el diccionario en busca de un nombre que bautizara al grupo de rock que acababa de formar junto con otros tres músicos, ni se imaginaba que la palabra que finalmente iba a seleccionar al azar (Pixie), quedaría grabada para siempre en la memoria del rock. Y es que Pixies pasará a la historia como una de las bandas más importantes e influyentes de la música moderna. El grupo liderado por Black Francis fue pionero del rock alternativo que estalló a principios de los 90, aunque debido a la pronta disolución del grupo, en 1993, el cuarteto estadounidense no pudo disfrutar de los frutos comerciales surgidos de la fiebre grunge, pese a merecerlos. Quizá por esta razón, en 2004 la banda se volvió a unir para ofrecer actuaciones en directo, aunque sin intención de publicar nuevo material. En una nueva maniobra mercadotécnica, y para deleite de sus incondicionales, este verano el cuarteto sacó a la venta una caja (box-set) que reúne todos los discos de la banda, pero que no aporta nada nuevo a su discografía.
Pixies nació en 1986, en la Universidad de Massachussets (Boston), donde dos estudiantes de antropología, el guitarrista de origen filipino Joey Santiago y el cantante, compositor y guitarrista Black Francis, compartían habitación y aficiones melómanas. Guiados por su pasión por la música, no tardaron en reclutar dos músicos más, la bajista Kim Deal y el batería David Lovering, para formar una banda de rock. Finalmente, Santiago se encargó de poner nombre al grupo eligiendo al azar una palabra del diccionario: Pixie (duendecillo).
De este modo, Pixies comenzó a ofrecer conciertos por salas y bares de Boston, donde sus potentes y enérgicas actuaciones no pasaron desapercibidas. Tras grabar una demo (The Purple Tape) compuesta por 17 canciones, lograron su primer contrato discográfico. En marzo de 1987, el cuarteto lanzó al mercado su primer trabajo: Come On Pilgrim, un EP compuesto por 8 canciones.
Surfer Rosa y Doolittle, dos genialidades en un año
Un año después, en 1988, el cuarteto publicó su primer disco de estudio oficial: Surfer Rosa. Aclamado por la crítica, el álbum está considerado uno de los grandes discos de todos los tiempos. La variedad de estilos, la temática surrealista, los continuos cambios de volumen y el sonido crudo eran los pilares de un trabajo tan sublime como difícil de digerir. Pese a que no tuvo gran eco comercial en su época, la crítica especializada y el gremio musical se rindieron ante este disco, que posteriormente, sirvió como fuente de inspiración para muchos músicos del rock alternativo; de hecho, Kurt Cobain confesó haberse inspirado en Surfer Rosa para la elaboración del mítico Nevermind.
Tan solo unos meses después, en abril de 1989, el cuarteto publicó su segunda obra maestra: Doolittle. Al igual que pasó con Surfer Rosa, Doolittle fue ensalzado por la crítica. El disco era una combinación de canciones duras ("Tame" o "Crackity Jones") y temas más melódicos ("Silver", "Here Comes Your Man"). Además, como novedad, el cuarteto incorporó instrumentos de cuerda a su trabajo.
Todo parecía ir sobre ruedas, pero el gran volumen de trabajo (tres discos en dos años) y la cada vez más insostenible relación entre Francis y Deal resultaron un obstáculo demasiado difícil de superar. Al final de la gira de 1989, el cuarteto decidió tomarse un descanso. Tras unos meses de calma, en agosto de 1990, vio la luz el tercer álbum de estudio: Bossanova. El nuevo trabajo se inclinaba más hacia el surf-pop en lo musical, y la ciencia-ficción en la temática. Pese a que se podía rescatar alguna canción punk-rock ("Rock Music"), en este álbum el cuarteto rebajó notablemente la bravura de su música.
Casi sin tiempo para saborear el disco, en septiembre del 91, Pixies publicó su cuarto y último trabajo: Trompe le Monde. En esta ocasión, se apartaron de la senda surf-pop para retornar a sus raíces más rockeras, aunque con importantes novedades, como la incorporación de teclados. Con temas como "Planet of Sound", "Motorway To Roswell" o "The Sad Punk", la banda recuperó gran parte de la energía y credibilidad de sus inicios.
A principios de 1993, el cuarteto se separó y los cuatro músicos emprendieron el camino en solitario. Tras once años trabajando cada uno por su lado, en abril de 2004 la banda volvió a subirse a los escenarios para dar inicio a una gira mundial. Desde entonces, se dedican numerosas e inolvidables actuaciones en festivales a lo largo y ancho del planeta, pero sin publicar nuevo material.
En la actualidad, sus aficionados están de suerte. Además de seguir ofreciendo conciertos, en verano salió a la venta Minotaur, una caja que recopila todos los discos y el material gráfico de la banda, en edición de lujo.
(Fotos: Lastfm)