Billie Holiday fue una de las grandes vocalistas de jazz y hoy día sigue siendo inspiración de otras muchas. Tenía una singular voz, llena de swing y emoción y aunque su alcance vocal era limitado, su sentido del ritmo, era inigualable. Además de ser recordada por canciones como Night and Day, también contribuyó con el jazz al ser autora de temas como God Bless the Child que con el tiempo interpretarían Aretha Franklin o Stevie Wonder.
Eleanora Fagan Gough, más conocida como Billie Holiday y apodada LadyDay, nació en Filadelfia el 7 de abril de 1915. Se interesó por la música a los diez años influenciada por grandes interpretes como Bessie Smith o Louis Armstrong, cuando los escuchaba en el gramófono de su casa.
En 1930, recorriendo Harlem en busca de trabajo, entró en un pequeño club llamado "Pod's and Jerry's". Se ofreció como bailarina pero la prueba que realizó fue un autentico desastre. Aún así, el pianista la convenció para que cantase. Cuando la oyeron entonar Trav'lin All Alone, el bar enmudeció y ahí empieza todo. En 1933, John Hammond, productor musical la oyó cantar en el club "Log Cabin" y maravillado, escribió sobre ella en una columna de prensa. Gracias al artículo, Billie se unió a un pequeño grupo de músicos dirigidos por Benny Goodman para hacer su debut comercial el 27 de noviembre de 1933 con la canción Your Mother's Son-In-Law.
El 23 de noviembre de 1934 cantó en el teatro Apollo de Nueva York. Recibió muy buenas críticas y posteriormente comenzó a trabajar con Joe Glaser, el manager de Louis Armstrong. En 1935 apareció actuando con la orquesta de Duke Ellington en la película Simphony in Black e inició una larga y fructífera relación musical con el pianista Teddy Wilson. Con él grabó varias canciones y junto a ella tocaron los grandes solistas de la época: Ben Webster, Johnny Hodges, Bunny Berigan, Roy Eldridge y sobre todo, Lester Young, con quien formaría un dúo tan brillante como ha habido pocos en la historia del jazz.
En 1939 Billie Holiday grabó Strange Fruit. Esa canción se hizo mundialmente conocida, ya que fue uno de los primeros lemas del movimiento estadounidense por los derechos civiles; la revista "Time" la consideró la mejor canción del Siglo XX en 1999. En la década de los 40 Billie Holiday se consolidó trabajando con Lester Young (él le puso el apodo de LadyDay), Count Basie y Artie Show y grabó casi doscientas canciones.
Descenso a los infiernos
Tanto éxito derivó en un tortuoso final: su vida se vino abajo y ya no consiguió reconducirla. Así lo relata en su autobiografía llamada Lady Sings The Blues, que escribió 3 años antes de morir. En ella repasa su adicción a la heroína, al alcohol y su breve paso por la prostitución. Tuvo múltiples idilios sentimentales, pero todos ellos desgraciados. Este tipo de situaciones la distrajeron de su carrera musical al tiempo que el alcohol y las drogas iban haciendo estragos. Tomó drogas durante casi toda su vida: fumaba marihuana desde los 12 o 13 años pero fue la heroína la que acabó por destruirla. En 1947 fue arrestada por posesión de heroína y estuvo 8 meses en prisión.
En los años 50, Norman Granz trató de rehabilitar su carrera y la hizo grabar más de cien canciones para el sello Verve. Allí volvió a cantar junto a grandes como Coleman Hawkins, Benny Carter, Oscar Peterson, Wynton Kelly y Ben Webster. Pero parte de la crítica decía que para entonces sus cuerdas vocales ya estaban dañadas. Llegó a ingresar voluntariamente en una clínica de desintoxicación para intentar salvar su carrera pero tan sólo tuvo una efímera recuperación.
Así, en 1958 editó Lady in Satin
Su triste vida fue llevada al cine en 1972. Basada en su autobiografía, el reparto de la película Lady Sings The Blues estaba encabezado por Diana Ross y Richard Pryor.
(Fotos: cmgww.com/music/holiday)