El campo magnético de la Tierra actúa como una barrera protectora frente a ciertas radiaciones peligrosas del Sol. En las capas altas de la atmósfera, y merced a las líneas de flujo magnéticas, torrentes de partículas cargadas eléctricamente forman los denominados cinturones de Van Hallen, que frenan algunas de las emisiones solares más perjudiciales para la vida. Otra aplicación práctica del campo magnético es la brújula, elemento de orientación que revolucionó las técnicas de navegación a partir del Renacimiento.