Políticas comunes

• Libre circulación de personas: resultado de la supresión de aduanas internas. Todos los ciudadanos comunitarios pueden desplazarse sin trabas por los Estados de la UE, así como fijar su residencia o trabajar en países diferentes del suyo.
• Libre circulación de mercancías: surge de la progresiva supresión de las medidas proteccionistas en favor de un mercado de libre cambio. Aunque, en principio, las mercancías de los países miembros pueden desplazarse libremente por el territorio de la UE, esta situación no ha llegado a su pleno desarrollo, ya que existen limitaciones para proteger los intereses particulares de cada Estado miembro.
• Agricultura y ganadería: los tratados comunitarios pretenden aumentar la productividad agrícola, fijar los precios, asegurar el abastecimiento, evitar excedentes y estabilizar el mercado agrario. Para ello los organismos europeos fijan tasas de producción por artículo y país, determinan los niveles de subvención y, en casos graves, intervienen el mercado (ver «Precio de intervención» en el Vocabulario).
• Pesca: en general, se trata de establecer un sistema racional de explotación de los bancos pesqueros. Las autoridades europeas determinan los medios de pesca aplicables en cada caso y el número máximo de capturas, así como las paradas biológicas para permitir la recuperación de los bancos.
• Industria: básicamente se trata de adaptar la producción industrial y energética a la demanda actual, reduciendo los costes y aumentando el rendimiento por medio de las nuevas tecnologías. Es el proceso conocido como reconversión industrial, cuyo objetivo es acabar con las empresas obsoletas y distribuir la producción industrial de forma equitativa entre los diferentes Estados miembros de la UE.
• Finanzas: la UE trata de crear un espacio económico unificado. Para ello cuenta con una serie de instituciones y herramientas, como el Banco Central Europeo, el euro (ver t25) y la libre circulación de capitales y empresas. Este último punto, cuenta, sin embargo, con algunas limitaciones.

Otras preocupaciones de la UE

La conservación del medio ambiente y la corrección de los desequilibrios económicos regionales constituyen puntos de interés primordial para la Unión Europea. Para ello ha creado organismos y políticas destinadas a asegurar el mantenimiento de ciertos ecosistemas privilegiados, al tiempo que se emprende un proceso de pleno desarrollo para todos los ciudadanos de la Unión.

La unión económica y monetaria

En el espíritu del proceso de creación del Mercado Común se encuentra la idea final de alcanzar una integración total de los Estados miembros. Uno de los pasos fundamentales de este proyecto es la unión económica y monetaria.

Desde su fundación en 1957, la CEE ha tendido hacia la unificación, especialmente tras la creación del ECU (European Currency Unit), en 1981, como embrión de una moneda única para todo el continente. No obstante, el verdadero proyecto de unión económica y monetaria es fruto del tratado de Maastricht.

Este acuerdo, firmado en 1992, entró en vigor el día 2 de noviembre de 1993. En él se acordaba la integración de la CEE, la CECA y el EURATOM (ver t35), en un solo organismo: la Unión Europea. Al mismo tiempo se establecía la creación de una nueva moneda única en sustitución del ecu. Esta unidad, denominada euro, reemplazaría a su antecesora en los mercados internacionales de cambio y, tras un plazo de adaptación, se convertiría en la moneda corriente de todos los países miembros de la UE.

La unificación monetaria y económica, junto a la ampliación territorial de la UE, se considera el primer paso para la creación de una federación de Estados de Europa.

Fases de implementación del euro

El euro entró en vigor como moneda internacional el 1 de enero de 1999, si bien coexistirá con las monedas nacionales hasta el año 2002. El 1 de enero de ese año comenzarán a circular monedas y billetes de euro, y las monedas de cada país dejarán de existir definitivamente el día 1 de julio. A partir de ese momento, el euro será la moneda única de la UE.