Sectores del empleo

El trabajo puede clasificarse de acuerdo al tipo de actividad desempeñada. En términos generales se distinguen los siguientes sectores del empleo:

• Ganadería, agricultura y pesca. Incluye también, en menor medida, la actividad recolectora, la caza, etc.
• Extracción de minerales: minas y canteras.
• Artesanía: paso previo a la industria manufacturera.
• Industria manufacturera: produce bienes de consumo a gran escala.
• Industria energética: petróleo, gas, electricidad, etc.
• Construcción.
• Comercio: puede ser al por mayor o al menoreo. Compra y venta de bienes y servicios.
• Transportes y almacenaje.
• Actividad financiera: bancos, aseguradoras, prestamistas, etc.
• Servicios: restaurantes, hoteles, etc.
• Sector público: administración, orden público, sanidad y otros.

Esta división puede ser mucho más compleja, y también se admiten otras clasificaciones más genéricas, como la que divide la economía en varios sectores: primario (producción), secundario (transformación) y terciario, (servicios) (ver t17).

Distribución de la población según la actividad en el Estado español

El paro

Cuando se produce un desequilibrio entre la oferta de empleo y el número de demandantes de trabajo, siendo éstos más numerosos, se llega a una situación de paro, es decir, a un estado en el que un cierto porcentaje de la población, deseoso de trabajar, no puede hacerlo.

En las sociedades actuales el nivel de paro se ha convertido en un indicador fundamental de la salud económica de un país. Por lo general, se consideran aceptables los niveles de paro situados en torno al 5% de la población activa o más bajos. El pleno empleo, o ausencia de paro, es poco corriente y sólo existe en coyunturas económicas muy favorables.

El desempleo genera una intensa problemática social debido al empobrecimiento que sufren los parados. A su vez, la falta de medios financieros en una parte de la población puede originar una caída del consumo e iniciar una situación de crisis económica más o menos acusada.

Evolución del paro en el Estado español

Flujos laborales

La estructura del mercado de trabajo no es siempre igual, pues depende básicamente de factores geográficos y temporales.

• Factores geográficos:
• Diferencias nacionales en la distribución del trabajo (áreas industriales, agrícolas, turísticas, etc).
• Diferencias internacionales del mercado de trabajo (países ricos y pobres).
• Predominio de unos sectores sobre otros.
• Factores temporales:
• Estacionalidad de ciertos trabajos (agricultura, turismo, etc).
• Concesión, por temporadas, de permisos de trabajo a emigrantes.

Sin embargo, los factores históricos también son importantes. De hecho, el flujo laboral más destacado de todos los tiempos es el que se ha venido registrando en numerosos países del mundo desde comienzos de la Revolución Industrial: el tránsito de los trabajos rurales a los urbanos y, en concreto, la sustitución paulatina de las labores agrícolas por las tareas industriales y, en los países más avanzados, por los empleos en el sector financiero y de servicios.