Población

A finales del siglo XX, uno de cada cinco habitantes del mundo vive dentro de las fronteras de China. Ahora bien, esta enorme población se distribuye de forma irregular: la mayoría vive en las ciudades y en los fértiles valles fluviales próximos a la costa; mientras, las extensas regiones interiores, en general desérticas o montañosas, cuentan con un nivel de ocupación relativamente bajo.

Transformaciones económicas y sociales

Tras el derrumbamiento de la Unión Soviética en 1991, China pervive como el último gran Estado socialista del planeta. Sin embargo, las dificultades económicas, las protestas de la población y el contexto internacional han hecho que incluso las inmutables autoridades chinas admitan la necesidad de un cambio en la forma de administrar el país.

Desde mediados de la década de los ochenta China ha emprendido un lento camino de conversión al capitalismo, pero tan sólo en el aspecto económico, dejando de lado una eventual democratización de las estructuras políticas.

La industria china es una de las más importantes de Extremo Oriente.

El lema «Un país, dos sistemas» hace referencia al caso de Hong-Kong, antigua y próspera colonia británica que fue devuelta a China en 1997 con el compromiso de respetar su sistema económico y político de tipo occidental y democrático, que convive, dentro del mismo país, con el régimen socialista.

Economía

China ha venido realizando, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, un esfuerzo industrial destinado a desarrollar el territorio. El resultado ha sido irregular. Si bien la industria pesada (metal, químicas) ha crecido enormemente, los sectores industriales menores, de gran importancia en el conjunto económico, no han seguido una evolución pareja, lo que se traduce en un acusado desequilibrio productivo.

Por otra parte, China carece de una red adecuada de infraestructuras, sobre todo en lo referido a transportes, lo que dificulta el desarrollo económico de muchas regiones del país. En cuanto al comercio exterior, sólo a partir de la década de los ochenta China comenzó a interesarse por la exportación, debido en parte a la gran capacidad de absorción de su mercado interno, pero también a la falta de competitividad internacional de sus productos.

Regiones: el sudeste, área de crecimiento económico

Las diferencias regionales en China no se limitan a los aspectos geográficos, de relieve o de clima, sino que afectan también a los componentes humanos, culturales y económicos. En líneas generales se observan en China dos regiones básicas:

• El interior: ocupa la mayor parte del país. El clima es riguroso en general, desde las montañas del Himalaya a los desiertos del centro y el Norte. La población es relativamente escasa, las comunicaciones deficientes y la economía está muy atrasada. En la zona sur, no obstante, la abundancia de ríos caudalosos es propicia a una gran producción agrícola y facilita las comunicaciones, por lo que el nivel de vida y la población son más elevados.
• La costa: en ella se concentran las ciudades más grandes, la mayor parte de la población y casi toda la industria. Es también el área que goza de mejores comunicaciones y donde se encuentran las tierras más fértiles. Especial atención merece la región sudeste, en la que el crecimiento económico durante la última década del siglo XX fue espectacular. En esta área se encuentra Hong-Kong, además de otras ciudades importantes, que componen una especie de laboratorio económico en el que las autoridades chinas comprueban el funcionamiento del sistema capitalista.

La ciudad de Hong-Kong