El motor

Se trata de una máquina destinada a producir movimiento mediante la transformación de la energía química en energía mecánica. El carburador es el dispositivo encargado de mezclar el aire y la gasolina. Tiene un depósito encargado de mantener constante el nivel de combustible a la salida del surtidor, o un tubo calibrado que une la cuba con el colector de admisión.

Existen dos tipos de motores según el tipo de combustible que se utilice:

Motor de explosión (gasolina): su funcionamiento se basa en la fuerza que produce la explosión de una mezcla de aire y gasolina en el carburador. La inflamación de la mezcla se provoca mediante una chispa eléctrica que salta, en el momento adecuado en la cámara de compresión. Esa transformación de la energía se realiza en el interior de los cilindros.

Motor de combustión (diesel): la fuerza para su funcionamiento la produce la expansión de los gases al quemar el combustible (gasoil) a medida que penetra inyectando en la cámara de combustión.

El diesel dispone de un mejor rendimiento energético que la gasolina, y además es un combustible más económico. Es más fiable y tiene una mayor duración, así como un menor coste de mantenimiento. Además dispone de un control de emisión de gases del escape más económico. Sin embargo, el aceite de engrase tiene que ser de mejor calidad. Asimismo, el motor diesel tiene menor potencia que el motor de gasolina con la misma cilindrada, y mayor coste de adquisición.

El sistema eléctrico

En él están comprendidos los circuitos de encendido, de carga, de arranque y de iluminación, con un elemento común que es la batería. Ésta proporciona energía eléctrica partiendo de una energía química producida por la reacción de un electrónico (disolución de agua destilada y ácido sulfúrico). Es necesario llevar un mantenimiento adecuado de la batería, comprobando y repostando el nivel de electrolito.

• Circuito de encendido: se encarga de producir la chispa en las bujías para que se inflame la mezcla carburada en los cilindros.
• Circuito de carga: es el que responde a la energía de la batería que consume el automóvil.
• Circuito de arranque: arranca el motor del vehículo haciéndolo girar a unas 50 r.p.m. (revoluciones por minuto). Esto se consigue con el motor eléctrico de arranque al recibir corriente directamente de la batería.
• Circuito de iluminación y otros: las luces, radio, bocina, así como otros aparatos eléctricos funcionan por la corriente a 12 voltios que procede de la batería.

El sistema de lubricación

Este sistema es quien proporciona el aceite necesario para evitar desgaste, corrosión, gripajes y para refrigerar en parte, las piezas en movimiento. Es necesario comprobar periódicamente el nivel de aceite, y cambiar el filtro según indicaciones del fabricante. Si el testigo de aceite no se apaga o se enciende durante la marcha, es importante parar el motor.

El sistema de refrigeración

Tiene como objetivo eliminar parte del calor que se produce dentro del motor en el momento de la explosión. La refrigeración puede ser por aire (la corriente del aire producida por la marcha del vehículo refrigera el motor), o por agua, que es la más habitual. En este sistema actúan las cámaras de agua, el radiador, la bomba de agua, los manguitos, el ventilador y el termostato.

El sistema de transmisión

Se encarga de transmitir el movimiento del motor a las ruedas motrices del vehículo, de modificar la relación de transmisión entre el cigüeñal y las ruedas, y hacer que las ruedas giren a distinta velocidad en las curvas o giros. Dentro de este sistema entran el embrague, la caja de cambios o caja de velocidades, y el árbol de transmisión.

El sistema de suspensión

Su función principal es evitar que las irregularidades del terreno se transmitan al interior del vehículo, uniendo el chasis del vehículo con las ruedas. Dentro de este sistema hay que tener en cuenta los muelles, los amortiguadores y las barras estabilizadoras, que mantiene el vehículo horizontalmente.

El sistema de dirección

Su misión es orientar las ruedas directrices (delanteras) en función de la trayectoria a seguir. El piñón gira con el eje de la dirección y mueve una cremallera por medio de rótulas y bieletas, lo que disminuye el esfuerzo del conductor para mover las ruedas directrices y orientar el vehículo.

El sistema de frenado

Tiene como objetivo disminuir o anular progresivamente la velocidad del vehículo en marcha, o mantenerlo inmovilizado si ya se encuentra detenido. Puede haber un frenado de servicio, un frenado de socorro y un frenado de estacionamiento. Los frenos pueden ser de tambor o de disco.

Ruedas y neumáticos

Las ruedas son los elementos sobre los que se apoya el automóvil y las encargadas de dirigir, propulsar o detener el mismo. Se distingue, por un lado, la llanta (elemento rígido de la rueda sobre la que se monta el neumático), y por el otro neumático, que va montado sobre la llanta de tal forma que el conjunto debe ser estanco y flexible para poder absorber las irregularidades del terreno.

Principales mandos de un vehículo

Para conducir un vehículo que no sea automático, es necesario accionar unos mandos con los pies y otros con las manos.

Pedales o mandos de pie

El Acelerador: se acciona con el pie derecho y su objetivo es regular la entrada de combustible en el motor. Al presionarlo aumenta la potencia y la velocidad, y también el consumo. Cuando no se pisa, el motor sólo recibe combustible para mantenerse en marcha, funcionando al ralentí.

El Freno de servicio: se acciona con el pie derecho y debe actuar sobre todas las ruedas del vehículo. Los Frenos ABS cada vez están cogiendo mayor importancia. Este sistema de frenado evita que las llantas se detengan totalmente y se deslicen en la superficie, lo cual genera dos ventajas importantes: la distancia de frenado es menor debido a la mayor tracción y es posible seguir dirigiendo el vehículo con el volante mientras se frena.

El embrague: se acciona con el pie izquierdo y sirve para acoplar el motor a la caja de cambios.

Mandos manuales

El volante: a través de éste se transmite a las ruedas delanteras del vehículo la dirección deseada. La posición de las manos sobre el volante será la equivalente a las ¿dos menos diez¿, como en el reloj. Las manos nunca se deben cruzarse sobre el volante.

El freno de mano: su objetivo es evitar que el vehículo se mueva cuando el conductor abandona el puesto de conducción. Se trata de una palanca que se sitúa entre los dos asientos delanteros. También se utiliza al iniciar la marcha en rampas para evitar que el vehículo retroceda.

La caja de cambio: generalmente situada cerca del freno de mano, su fin es cambiar las marchas. Para ello es necesario pisar a fondo el pedal de embrague y con el embrague pisando, desplazar la palanca a la posición que corresponda.

El contacto y puesta en marcha: se acciona con la llave estando la palanca de cambios en punto muerto.

Intermitentes: se pone en marcha manualmente por una palanca situada junto al volante. Por norma general, dejan de funcionar de forma automática al enderezarse la dirección. Tiene tres posiciones; abajo (izquierda), centro (nada) y arriba (derecha). Asimismo, los vehículos disponen de un mano manual para casos de emergencias.

Dispositivos de luces: se trata de una palanca con tres posiciones: la de posición, la de cruce o corto alcance y la de carretera o largo alcance.

El claxon o bocina: suele ubicarse en el volante o en una palanca, y se pone en movimiento al presionarlo.

Parabrisas: se trata de un elemento clave que ayuda a la visión del conductor. Cuando se acciona este mando, éste funciona de forma automática, y con distintas velocidades (o ritmos).

Tablero de instrumentos: se sitúa debajo del parabrisas, y es una serie de luces de diferentes colores que le informan de las distintas actuaciones o situaciones del propio vehículo. Asimismo, dispone de aparatos de mediciones como el velocímetro o indicador de velocidad.

Guía básica para interpretar testigos.

Fuentes de información

• Manual de normas de circulación y seguridad vial
• RACC
• Dirección General de Tráfico

Fuentes gráficas

• http://www.sxc.hu/