La energía y el ATP
Los seres vivos se consideran sistemas energéticos abiertos, en los que la propia estructura del ser vivo está condicionada a la existencia de un flujo de energía y materia. Hay dos tipos de reacciones químicas: las reacciones endergónicas, que requieren aporte de energía para que se produzcan, y las reacciones exergónicas, que liberan energía.
El adenosín-trifosfato o ATP es un nucleótido de enorme importancia en el metabolismo. Contiene una gran cantidad de energía en sus enlaces éster-fosfóricos, de forma que al romperse estos enlaces se pueda liberar la energía contenida, pudiendo ser transferida a otra molécula que intervenga en una reacción química endergónica.
Las reacciones químicas que constituyen el catabolismo son exergónicas. Las reacciones químicas que constituyen el anabolismo son endergónicas; luego este proceso requiere un suministro de energía que proviene de las reacciones catabólicas, de la fotosíntesis o de la quimiosíntesis.