Santuario de la Virgen de Arrate
FITXA
Nombre: Santuario de la Virgen de Arrate
Localidad: Eibar
Dirección: Arrate, 1
Barrio: Arrate
Comarca: Debabarrena
Provincia: Gipuzkoa
Tipología General: Santuario
Siglo: Siglo XVI
hiribildua.Época: Edad Moderna
Otros Siglos: Siglos XVIII y XX
Estilo: Estilo caserío
Otros Estilos: Renacentista, Barroco
Valor: Muy buena.
Conservación: Buena en general.
Titularidad: Patrimonio religioso
Uso Original: Religioso
Uso Actual: Religioso.
Este santuario despierta un gran fervor religioso entre los habitantes de los alrededores. Está ubicado en un monte, que precisamente tiene el mismo nombre, en un amplio espacio que domina todo el valle; para acceder al santuario hay que adentrarse por un angosto valle. La carretera está en buen estado.
La iglesia presenta soportal y torre, y está rodeada por una zona de esparcimiento, que incluye jardines y servicio de hostelería.
Si fijáramos nuestro interés en la talla de la Virgen María, diríamos que se trata de una ermita del siglo XIII; pero a pesar de todo, las primeras noticias datan del año 1458. El nuevo santuario, al parecer, se erigió en la segunda mitad del siglo XVI o a comienzos del siglo XVII, en el 1563, cuando con la autorización del Papa, la festividad de la Virgen María, debido al incremento de peregrinos, se trasladó del día 8 de diciembre al 8 de septiembre; a partir del año 1577 se realizaron las primeras donaciones para renovar la iglesia. Parece ser que las obras finalizaron en el 1583. Cuentan que ya en el año 1508 había un hospital en Eibar para los peregrinos, "Cofradía de la Virgen María", y que al lado de la ermita había también un hostal de peregrinos, dirigido por una mujer.
Con el propósito de erigir una nueva, la torre fue derribada en el año 1670, pero aquella también estaba a punto de caerse para el año 1740. Durante la guerra de España, buena parte de la torre quedó destruida; la renovaron en el año 1941. A partir del año 1969 dieron comienzo importantes obras de renovación.
El santuario presenta planta alargada y una nave, la cabecera es octogonal, y, adosadas a la parte derecha del ábside se alojan las dependencias parroquiales. La cubierta está adornada por un bello casetón de madera.
A los pies, apoyado en arco carpanel de madera, está el coro , y a su derecha, una interesante escalera de caracol que da acceso al coro. El bajo coro está cercado mediante una verja, la cual, junto con la barandilla que lleva al alto coro, forman un hermoso conjunto de hierro forjado .
La la luz penetra por el presbiterio , precisamente, a través de un óculo y de tres ventanas de la parte derecha; las dos primeras ventanas son de arco semicircular , y la tercera, en cambio, rectangular.
La iglesia, por la parte exterior, es de mampostería , y los esquinales y contrafuertes llevan sillar. Por la parte del interior, siguiendo la moda de la época, es de mampostería cara vista, y la parte de arriba del presbiterio está revocada .
La torre, centrada a los pies de la iglesia, está protegida por arcos de medio punto dovelados . Cubriendo la parte delantera de la iglesia y la sacristía, cimentado sobre columnas, se encuentra el soportal. Algunas de esas columnas son de piedra arenisca, y otras de hormigón, al igual que la cubierta.
La torre presenta arcos de medio punto, por los cuales se puede acceder a la iglesia por cualquiera de los lados del soportal. En la parte de arriba hay un reloj, y, bajo arcos semicirculares, el conjunto de campanas. A modo remate, pináculos y una hermosa cruz de hierro.
En el interior, cabe destacar el retablo mayor de estilo barroco: en el primer tramo se pueden observar cuatro óleos de Ignacio Zuloaga y una imagen de la Virgen de Arrate. En la parte de arriba, un cristo crucificado, y, colgando del techo, un exvoto marinero en forma de pequeño barco. A lo largo de la nave, sobre un pedestal , las imágenes de San José, San Lorenzo y Santa Ana, y en último lugar, la Virgen María con el Niño.
La imagen de la Virgen de Arrate data de finales del siglo XIII o comienzos del XIV, y es una de tantas que se realizaron el País Vasco desde la época del románico hasta bien entrado el gótico. Las capas con las que fue vestida, aquellas que tan de moda se pusieron en la época, la privaron de ser una de las piezas sedentas más interesantes.