Descripción actual:

Por antigüedad y por su valor iconográfico y arquitectónico, este edificio es uno de los mejores exponentes del patrimonio industrial de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

Conjunto formado por los pabellones principales y la central eléctrica anexa; el taller está en los pabellones y la chimenea exenta está en el anexo. Hacia el este hay dos edificios, uno para secar la masa de azúcar y otro para almacenarla. En el oeste hay 5 almacenes de azúcar y dos depósitos de melaza. En la entrada encontramos la vivienda de los ingenieros y oficinas.

Con respecto a la estética, es de estilo Manchester, con paredes de ladrillo a la vista. Se observan grandes y amplias ventanas en las paredes, decoradas con arquivoltas y rematadas con arcos de estilo Tudor. El espacio interior está dividido en naves por columnas de hierro y dichas columnas sujetan las denominadas cimbras polanceau de la cubierta, como ocurre en las iglesias góticas.

El edificio tiene planta basilical con tres naves pero, evidentemente, no tiene campanario sino una chimenea cilíndrica. La luz entra por grandes ventanas de cristal y rejas de hierro; la ventana de la entrada principal tiene arco semicircular y un tímpano encima . Todo ello confiere un aspecto templario al edificio.

La chimenea destaca por los arcos lombardos situados en el remate superior. El objetivo es contar con sumidero y tiro para los gases provenientes de la caldera de vapor.

Datos históricos:

A finales del siglo XIX varios capitalistas alaveses, entre ellos Ajuria y Hueto, comenzaron las gestiones para construir una fábrica que produjera azúcar con remolacha de la Llanada Alavesa. Tras analizar todos los puntos en litigio, al final decidieron construirla en la capital alavesa ya que tenía mejores comunicaciones que ningún otro sitio. La fábrica se inauguró en 1904. Un año más tarde se integró en la Sociedad General Azucarera de España y produjo azúcar hasta 1966. En ese año recoge su testigo la nueva fábrica de azúcar de Vitoria-Gasteiz.

En la fábrica antigua se producían 900 T de azúcar en una campaña trimestral; se refinaban alrededor de 700 T de azúcar al día.

Proceso productor:

Se descargaba la remolacha en silos y de ahí pasaba a la fábrica por unos pequeños conductos. Posteriormente se limpiaba, troceaba y cocía en difusores a 72 grados de temperatura y, así, se separaba la masa y el caldo de difusión. El caldo surgido se limpiaba y cristalizaba, separándolo de las melazas a través de centrifugado. Mediante ese proceso se obtenía masa, melaza, ácido glutamínico y otros subproductos.