Faro de Igueldo
FITXA
Nombre: Faro de Igueldo
Localidad: Donostia-San Sebastián
Comarca: Donostialdea
Provincia: Gipuzkoa
Tipología General: Faro
Tipología Exacta: Faros
Siglo: XIX
hiribildua.Época: Edad Contemporánea
Fecha Construcción: 1855
Autor: Manuel Peroncely
La carretera que discurre entre el barrio del Antiguo y el monte Igueldo rodea el faro, a unos 2 kilómetros de la ciudad; orientado hacia el Norte, es un lugar sombrío, húmedo y frío. Tiene jardín y huerto.
El faro está situado en la falda septentrional del monte Iguelo, 134 metros sobre el nivel del mar. Se construyó un poco más abajo del anterior para no quedar tapado por la niebla y las nubes, como ocurría con el primero.
Está muy bien conservado. Cuando se construyó el edificio tenía planta rectangular y patio interior, por el que se accedía a la torre. En la parte izquierda estaba el almacén y en la derecha las estancias de los fareros y la cocina. La parte superior tenía un muro perimetral que, a modo decorativo, tenía diversos huecos semicirculares.
La torre, con altura de 13,50 metros y unida al punto central de la fachada septentrional, tenía dos cuerpos: el primero, cilíndrico, tenía un diámetro exterior de 4 metros y llegaba hasta la cornisa, que rodeaba todo el perímetro del edificio; el segundo tenía una cornisa saliente, asentada sobre una ménsula.
En las renovaciones subsiguientes se hizo una nueva planta sobre la primera, respetando bastante la arquitectura practicada hasta entonces. En 1934 colocaron azulejos.
Datos históricos:
En 1744 el ingeniero Julián Sánchez Bort proyectó una torre cuadrada de 45 pies de alto, con cubierta octogonal de madera y plomo, dotada de dieciocho lámparas. Se escogió el monte Igueldo como ubicación para la torre, 621 pies sobre el nivel del mar. Era uno de los pocos de la península que enviaba señales marítimas.
Se construyó cuatro años más tarde tras introducir varios cambios: al final la torre cuadrada se convirtió en un octógono de arenisca labrada. En la torre había una linterna con 24 fuentes de luz; la luz tenía un alcance de 10 leguas, es decir, 55 kilómetros. La luz era continua y se encendía del 14 de septiembre al 3 de mayo.
Cuando redujeron a cenizas la ciudad en la llamada Guerra de Independencia, en agosto de 1813, el faro dejó de funcionar. El militar británico Wellington ordenó que se restaurara y pusiera en marcha el faro.
Durante las guerras carlistas las tropas británicas se instalaron en el lugar y lo fortificaron con cañones y demás. Atacado con fuego y destruido, trasladaron el faro al castillo de la Mota, en el otro extremo de La Concha.
Se renovó totalmente el viejo faro y se ha convertido en una magnífica torre almenada cuya vista no tiene par en todo el entorno.
El ingeniero Manuel Peironcely reconstruyó el faro existente actualmente, que fue inaugurado el 15 de marzo de 1855. Costó 202.375 reales.
Proceso productor:
El faro de Igueldo está unido a los de Matxitxako y Biarritz y clasificado como de tercer orden. Cada dos minutos emitía haces de luz rojizos valiéndose de aceite de oliva y lo mantenían dos fareros. Cuando dejaron de utilizar aceite utilizaron parafina.
En 1926 se instaló un equipo alimentado con petróleo, lo que acarreó un considerable aumento en el alcance de la luz. Pero debido a la escasez de petróleo por la Primera Guerra Mundial, Rafael de la Cerda elaboró un proyecto de electrificación del faro. Proyecto materializado en 1918 con una lámpara de 2.000 bujías. También había dos motores Aster a gasolina para casos de emergencia.
El faro de Igueldo tiene una linterna de 2,25 m de diámetro y aparato óptico de 375 mm, que gira sobre un tonel de mercurio alimentado por una lámpara de 1.500 watt y 26 millas de alcance. El equipo antiguo fue donado al Museo Oceanográfico.