Descripción actual

El edificio es de Ricardo Bastida y tiene un gran interés histórico. Es testigo de las preocupaciones higiénico-sanitarias latentes en la ciudad a comienzos del siglo XX, ya que en aquella época el crecimiento demográfico era imparable y, además, se estaba concentrando en zonas determinadas del ensanche. En lo que respecta al estilo, el edificio tiene gran semejanza con el modernismo catalán de Doménech i Montaner. Tiene tendencia horizontal evidente, con planta baja y una altura. La estructura es de hormigón, en el exterior tiene láminas de piedra y ladrillo en el piso superior, decorado con azulejo.

La planta baja tiene dos entradas, una en forma de ola, de apariencia modernista, y la otra en forma de herradura. El cuerpo inferior se completa con dos anchos vanos en forma de herradura rebajada y flores en el extremo. En la primera planta el paramento se abre en siete huecos. Dos de las ventanas de dichos huecos tienen baranda y el resto tienen dintel , con salidizo semicircular encima del dintel. Las fachadas del edificio están organizadas en función de un pequeño chaflán en el que se abrió un acceso utilizado aún actualmente. Entre el chaflán y los exteriores hay tres cuerpos rematando el edificio y elementos decorativos de marcado corte secesionista entre ellos.

Datos históricos:

Este edificio era en sí el lavadero público y lo abrieron en 1908. Tenía instalaciones mixtas para poder lavar tanto a mano como a máquina. En la parte mecánica había cuatro espacios diferenciados: en el primero se recogía, clasificaba y entregaba la ropa; en el segundo estaba el propio lavadero con todas las máquinas necesarias para lavar y secar; y en el tercero y el cuarto estaban el motor y la caldera. En la primera planta había un secadero. Posteriormente se utilizó el edificio como mercado.