La Encartada
FITXA
Nombre: La Encartada
Localidad: Balmaseda
Comarca: Encartaciones
Provincia: Bizkaia
Tipología General: Sombrerería
Tipología Exacta: Industria textil y marroquinería
Siglo: XX
hiribildua.Época: Edad Contemporánea
Otros Siglos: XIX
Fecha Construcción: 1892
La fábrica está en un ensanche, en el barrio Peñueco de Balmaseda, entre el kilómetro 32 de la carretera Bilbao-Reinosa Peñueco y el río Cadagua. Está a la izquierda del río, en un entorno agrícola, y el conjunto se completa con presa-canales, viviendas para trabajadores y una capilla. La presa está a unos 400 metros de la fábrica y al principio el canal es paralelo al río pero luego se desvía para llegar a la acequia.
En la fábrica se distinguen tres edificios: en el centro hay un taller de cuatro naves; al Este, un edificio de dos naves y, completando la fachada norte, un edificio que cruza los otros dos. Aunque pertenecen al conjunto, más allá encontramos tres edificios vinculados socialmente a la fábrica: casa "plazatxoko", "etxe berria" y "Guadalupeko amaren kapera".
La fábrica tomaba el agua necesaria de la presa situada sobre el río Cadagua. Dicha presa tiene arco de gravedad , de sillar , 40 m de largo y 2 m de ancho; el rebosadero está en un lateral. El canal tiene una entrada de dos compuertas. La energía se transmite por el movimiento giratorio del eje de la turbina: esa fuerza motriz giratoria llega a 7 ejes de segundo nivel que mueven los volantes de inercia de las máquinas. Asimismo, había un taller mecánico muy bien equipado en el que además de reparar las piezas defectuosas en ocasiones se reproducían herramientas adquiridas a otras fábricas de maquinaria. Numerosos trabajos se llevaban a cabo fuera de la empresa, sobre todo los que hacían las mujeres en casa.
Aún se conserva todo el sistema productor de la fábrica. Han convertido la fábrica en museo y está a punto de abrir.
Datos históricos:
En 1886 Marcos Arena Bermejillo volvió de México y decidió implantar una fábrica textil en el solar de una antigua ferrería y molino; en concreto, quería producir boinas. En 1892 se creó la sociedad anónima "La Encartada", con el proyecto de montaje de la fábrica preparado, y adquirieron la maquinaria a diversas empresas extranjeras, entre ellas a "Averly y Cía" y "Edison".
En el primer edificio construido se ubicó la hilandería y el edificio se abrió en 1898 con las mismas dimensiones que presenta actualmente. Se ubicó allí una caldera de vapor.
A lo largo del siglo XX se adquirió nueva maquinaria para sustituir a las antiguas o por hacer falta maquinaria nueva.
Proceso productor:
Aunque al comienzo la fábrica se abastecía de lana salmantina y catalana, posteriormente compraba lana australiana porque tiene un mejor acabado que la merina española. Para quitar la grasa animal se abatana la lana, sacudiendo y limpiando la lana, hasta conseguir la masa más homogénea y firme posible. Posteriormente se introduce en la máquina que la ensancha y lubrica para que esté suave y flexible antes del cardado.
Luego, la lana pasa por varias cardadas: el cardado, el ahuecado y el pinado, a través de los que se ahuecaba y dividía la lana en mechones. Se peina la lana y crea una borra de lana con la que se abastece a la carda de manera que la mezcla sea la mejor y se logre una tela de calidad. Las varillas de la carda distribuyen la lana en mechones de la misma anchura y dichos mechones se recogen en diversas bobinas para llevarlos más fácilmente a la máquina de hilar o a la selfacina; ahí es donde se lleva a cabo la última operación de hilado. La llamada "Mula Selfacina" convierte los mechones surgidos de la carda en hilos firmes y uniformes, estira el hilo y lo agrupa en carretes a través de un pequeño carro móvil. El hilo forma ovillos y de ahí se devana en carretes para poder ser utilizado en los telares.
Se teje mediante máquinas tricotadoras que unen los hilos de forma automática: una vez logrado el tejido vuelve de nuevo al taller de telares donde se unen los extremos de los hilos, se da forma circular a las boinas y se saca la punta. En ese momento la boina tiene un tamaño doble al que tendrá finalmente y para reducir el tamaño se utiliza agua y se abatana y, para reafirmar el tejido, se borra; posteriormente se centrifuga en una extractora de agua para secarla antes de ser tintada.
El tinte se realiza en toneles de tintado. La boinas permanecen en toneles durante una hora, a una temperatura de 100 ºC. Se tinta las boinas con una disolución de cera, silicona y otros productos. En su día se utilizaba agua de lluvia tomada de un pequeño pozo que aún existe actualmente.
Tras ser tintadas las boinas, se colocan en moldes de madera para estirarlas y pasan a hornos de secado alimentados por calderas de vapor. Una vez secas las boinas pasan a cardadoras formadas por cardas naturales, para sacarles pelo; posteriormente se corta e iguala el pelo mediante unas pequeñas planchas.
Por último, pasan a los talleres de acabado. Allí se coloca el forro, la falda y el resto de componentes, utilizando para ello máquinas de coser y alisar.
La energía para mover dichas máquinas proviene del movimiento giratorio de las turbinas; la energía pasa a siete ejes secundarios mediante poleas y éstos tienen poleas solidarias que mueven los volantes de inercia de las máquinas.