Es un edificio de grandes dimensiones, que cuenta con dos fachadas: una a la calle Colón de Larreategi, y otra a la Alameda de Recalde. Fue realizado por el arquitecto L. Aladrén, y consta de sótano, planta baja y cinco plantas más -la última de ellas con balaustrada continua-, además de desván. En las paredes se aprecian diversos materiales: sillería, ladrillo, vigas y columnas de hierro colado, madera...

Es un edificio compuesto de viviendas, que se organiza según los ejes de balcones y miradores, elementos que tienen una distribución diferente a ambos lados. Se entra al edificio por la Alameda de Recalde, por un acceso adintelado que tiene una gran clave y muchos ornamentos alrededor. Predominan las líneas onduladas, tanto en las formas de los vanos (en balcones y miradores) como en los adornos, sobre todo en los magníficos balaustres de la segunda y la tercera planta, con lo que se consigue romper la verticalidad del edificio. También cuenta con otros ornamentos interesantes: ménsulas, canecillos, los contornos de los vanos y los almohadillados de la planta baja.

En lo que respecta a la tipología y al diseño de los elementos y de la fachada, no hay grandes diferencias con otros edificios de la época. No obstante, la ornamentación, que es su característica más destacada, confiere un carácter especial a este edificio. El autor de la obra, J.B. Darroguy, optó por el modernismo de influencia francesa para el diseño de los adornos, siendo este edificio el ejemplo de mayor calidad que podemos encontrarnos en Bilbao dentro de ese estilo.