El Palacio de la familia Ramírez de la Piscina es un edificio construido en pendiente. La pendiente afecta, sobre todo, a la fachada principal, que es la que presenta el mayor desnivel. La fachada derecha, a su vez, presenta un chaflán. El edificio cuenta con dos plantas y desván, si bien éste último no es visible. La fachada principal da a la calle y lleva aparejo de buena sillería. En la fachada derecha, en el chaflán, se dispone un escudo de armas con el blasón de los Ramírez de la Piscina. El escudo lleva una corona y va flanqueado por dos leones rampantes y, en la parte superior, aparecen unos personajes encima de monstruos marinos.

En la fachada principal, una platabanda marca la divisoria entre la planta baja y la primera planta. En la parte superior hay una cornisa moldurada. A simple vista resulta obvio que hay más huecos en la primera planta que en la planta baja. En la planta baja, podemos ver una entrada rodeada de molduras y, a su derecha, una ventana cuadrangular. El vano que hay a la izquierda, por su parte, es de mayor tamaño y también está recercado con molduras.

En la primera planta dispone de cuatro vanos, todos ellos recercados con molduras. Los del eje central son balcones salientes, y los de los extremos, ventanas balconeras. Entre los cuatro vanos se disponen cuatro placas lisas.

La casa lleva un amplio alero con canes magníficamente tallados; la cubierta es a dos aguas, y la cumbrera, perpendicular a la fachada principal.

En la parte trasera cuenta con una galería sobre espacio porticado.

En el interior, una vez traspasada la entrada principal, se accede a una especie de zaguán. Si avanzamos, nos encontraremos con una escalera, y es en ese espacio donde se encuentra el lugar más interesante del interior de la casa, ya que está rematado por una cúpula (según puede verse en el desván, presenta una estructura de arcilla-paja y se apoya en un armazón de madera). El interior está decorado con pinturas, que actualmente están bastante deterioradas, y unos tragaluces iluminan el tramo de escalera. El espacio residencial principal y los dormitorios están en la planta noble.

Esta casa responde plenamente a la tipología de los palacios urbanos. La mayoría de los edificios de ese tipo son de los siglos XVII-XVIII, y suelen presentar sus elementos más interesantes en la fachada principal: buena sillería, escudo de armas, aleros con canecillos...