Los ayuntamientos de estilo barroco del País Vasco suelen ser edificios de dos plantas, con soportal bajo arcada corrida y hueco de escalera. El piso superior alberga la planta noble, en la que están las dependencias de los dirigentes, el salón de plenos, el archivo y las oficinas. En la mayoría de los casos, disponen de grandes balcones, a la altura del salón de plenos.

Si hay algún ayuntamiento que respeta fielmente tal espíritu y estructura, ése es el de Otxandio. Es un edificio espléndido, no sólo por su calidad, sino también porque resulta fundamental a la hora de determinar la ordenación y el orden del pueblo. Es una soberbia muestra de los edificios administrativos de mediados del siglo XVIII.

El ayuntamiento de Otxandio es un gran edificio cúbico. Presenta un gran soportal en la planta baja, con cinco vanos en la parte frontal, y dos en las laterales, todos ellos de medio punto.

La segunda planta es bastante abierta; pueden verse vanos adintelados, dos de los cuales, los centrales, están sobre un amplio y soberbio balcón con balaustrada de hierro y barras en forma de "S", recuerdo de la importancia que la industria del hierro tuvo en la localidad. En las partes que quedaron libres en esa segunda planta, se colocaron tres espectaculares escudos de armas: el de Bizkaia, el de España y el de Otxandio. En el de la localidad puede verse a un caballero atacando a un gran lobo con una lanza. Según parece, dicha imagen guarda relación con el nombre de la localidad: "otso-andi (lobo grande) = Otxandio". En un ángulo de la fachada principal puede verse un interesante reloj de sol.