San Sebastián era un importante centro turístico y, con el objeto de mejorar su oferta para los visitantes se decidió llevar a cabo un gran proyecto: la construcción de un casino. El Ayuntamiento propuso la creación de una sociedad anónima para que se hiciera cargo del Casino que se construiría en unos terrenos que el municipio había ido adquiriendo desde 1875, terrenos que cedió a la sociedad anónima para un período de 60 años, transcurridos los cuales revertirían al Ayuntamiento. La sociedad anónima publicó una convocatoria en 1880, a resultas de la cual se eligió el proyecto Luís Aladrén y Adolfo Morales de los Ríos, si bien tuvieron que efectuarle algunos pequeños cambios. El Casino fue inaugurado en 1887. En 1891, el mismo Luís Aladrén se encargó de la ampliación de la terraza, que se volvió a ampliar en 1903. Dicho año, también se modificó la distribución interior, según un proyecto de Luís Elizalde.

Cuando Primo de Rivera se hizo con el poder, prohibió el juego, a resultas de lo cual el Casino quedó relegado, si bien se utilizaba puntualmente (como hospital, para fiestas...). En consecuencia, el Ayuntamiento solicitó a Alday que analizara la viabilidad de convertir el Casino en Ayuntamiento. Se llevaron a cabo las obras de renovación precisas, de las cuales la de más envergadura fue ampliar la fachada que da a la calle Igentea: en 1943 se construyeron la zona de la entrada, el portal y los jardines, según un proyecto de Arizmendi. El nuevo ayuntamiento fue inaugurado con gran pompa el 20 de enero de 1947.

Se trata de un edificio exento, de planta bastante enrevesada, con forma de "T". Está construido con caliza de Mutriku y arenisca extraída de las canteras de Igeldo y Ulia. Los muros de las cuatro fachadas están revestidos con losas procedentes de La Cartuja (Sevilla).

Cuenta con sótano, planta baja y primera planta; la fachada trasera tiene una altura más, alzada posteriormente. La fachada delantera se levanta sobre una escalinata de tres escalones; entre la escalinata y el muro hay una gran terraza, bajo la cual se encuentra el sótano, con cuatro vanos rectangulares al exterior.

En dicha fachada delantera, destacan tres cuerpos, unidos por dos galerías retranqueadas. El cuerpo principal se divide a su vez en tres partes, por medio de dos torres. Cada una de las partes presenta tres ejes de huecos (accesos en la primera planta y balcones en la segunda). En la planta baja, predominan los accesos con arco escarzano, y en la planta noble, los de medio punto. Todos los marcos, pilastras e impostas presentan una abundante ornamentación. El edificio tiene un alféizar de piedra en la parte superior y hay un reloj en el centro. Los huecos de la planta principal son balcones salientes colocados individualmente. En los cuerpos laterales, el eje de huecos está compuesto por vanos de mayor tamaño. En este caso también, se trata de accesos en la planta baja y balcones salientes en la primera. Las galerías presentan cinco ejes de huecos.

Las arcadas ocupan la planta baja; se trata de arcos escarzanos que se apoyan sobre columnas estriadas. En la primera planta hay un balcón corrido. En el muro de la izquierda, frente al Club Náutico, hay varios huecos: uno central, el más destacado, y tres ejes a cada uno de los lados, con lo que el muro presenta una distribución simétrica. En la planta baja son ventanas y accesos con arco escarzano, mientras que en la primera planta se trata de balcones salientes con arco de medio punto. La parte que sobresale tiene un frontón triangular y pináculos.

Los rasgos principales de la fachada trasera son similares a los de la fachada delantera. Dicha fachada da a la calle Igentea, y en ella se encuentra actualmente la entrada principal. El cuerpo que le fue adosado en 1943 es el que da a la planta esa forma de "T". Los jardines datan también de 1943.

La fachada derecha da al Boulevard y a la calle Hernani, y es idéntica a la fachada derecha. En la primera planta los balcones laterales son corridos, mientras que el central es el conocido como "Balcón de Pilatos", de forma semicircular, que tiene un frontón curvo en la parte superior.

La estructura de los jardines de Alderdi Eder, que fue campo de maniobras militares hasta 1863, corrió a cargo de Pierre Ducasse, que siguió tendencias francesas. No obstante, dichos jardines fueron profundamente modificados por los arquitectos José Goikoa y Luís Armando Lebretón.