El edificio del Teatro Campos Elíseos se encuentra en el primer tramo de la calle Bertendona, en un gran solar entre las calles Hurtado Ametzaga y Alameda de Urquijo. El edificio no está entero, ya que derribaron una parte de un lateral, que acoge actualmente al imponente edificio de la sede central de Correos.

En la fachada delantera se distingue un cuerpo principal, en el centro, y en él está la entrada principal; a los lados, por su parte, hay sendos cuerpos, de menor altura que el central. El elemento más destacado del cuerpo principal es la arcada, ya que se extiende prácticamente por todo lo ancho de este cuerpo. Los arcos destacan en el muro: tienen tres roscas con multitud de imágenes, también en el interior.

En la parte interior de la arcada, hay tres niveles de vanos sobre la triple entrada principal. En el primer nivel, hay cuatro balcones con parapeto de piedra; los vanos que dan a dichos balcones son adintelados (los del centro son curvos, y los laterales, lobulados ). Sobre ellos, dos grandes vanos conducen a una balaustrada forjada simple. Finalmente, entre esos dos grandes vanos, hay cuatro ventanas de pequeño tamaño. Para completar la arcada, por su parte, hay un magnífico friso decorativo.

En la parte baja de la arcada, sobre un pedestal, se encuentra la fachada. El pedestal genera un fuerte contraste con la fachada, ya que los materiales de construcción son diferentes. La entrada presenta cuatro accesos, entre pilastras, tras los cuales hay una sencilla escalinata.

Del cuerpo principal salen otros dos cuerpos a los lados. Uno de ellos no está entero. Los accesos laterales se encuentran en esos cuerpos, y sobre ellos hay unas imágenes de mujer en cerámica. Su indumentaria y tocado recuerda a los de la Antigua Grecia. Además, sostienen un pequeño instrumento de viento. En la parte superior del edificio hay una balaustrada corrida.

El elemento más llamativo del edificio es su decoración. El arquitecto Alfredo Acebal se encargó del proyecto, pero fue el decorador francés Darroguy quien se encargó de la ornamentación, y utilizó multitud de motivos vegetales y florales, así como imágenes de animales mediterráneos y cerámica.

El edificio ha visto desaparecer con frecuencia partes del mismo, por lo que es muy importante que lo que ha llegado hasta nuestros días se mantenga. Edificio enteramente modernista, es uno de los ejemplos más representativos de la tendencia que surgió a comienzos de siglo en el seno del eclecticismo. No quedan muchos edificios de ese tipo en nuestro entorno, ni públicos, ni privados. La calidad del diseño, sus formas dinámicas, la irregularidad de los vanos, la singularidad de algunas imágenes... muestran la influencia del Art Nouveau en la fachada, así como la influencia de algunos elementos próximos al modernismo catalán.

El año 2004 se estaban llevando a cabo trabajos de rehabilitación en el edificio.