El arquitecto Francisco Cubas reconstruyó este castillo de la Edad Media en 1888, por encargo del marqués de Torrecilla. En ese lugar había una casa-torre de la Edad Media (siglos XIV-XV), de la que en la actualidad queda poco, solamente la sillería que puede apreciarse en la parte inferior de la gran torre de la derecha. Más que renovar la torre, el arquitecto Cubas hizo una réplica arqueológica, con todos los ingredientes de la arquitectura militar de la Edad Media.

El castillo es un edificio exento que se encuentra en el barrio de Butrón, junto al río del mismo nombre. Se trata de una construcción de planta rectangular, con una gran torre circular almenada en cada vértice y la torre principal en la mitad. Unas murallas almenadas cierran el edificio.

Una vez franqueada la entrada de la fachada principal se llega al patio interior, desde el que se puede acceder a cualquier punto del castillo. La gran torre norte es la más alta (a la derecha, según se entra en el patio) y consta de cuatro partes, con cuatro troneras. Encima, hay una terraza almenada. Lo torre que hay al oeste tiene un radio similar a la anterior y dispone de dos plantas, que tienen sendas estancias hexagonales en el centro, desde las que se acceden a otras seis estancias. La tercera torre tiene un diámetro similar a las anteriores y está coronada por una gran bóveda, sobre la que se distingue una torreta magníficamente construida que contiene, a su vez, seis torres y una escalera de caracol, que arranca de la escalera principal y lleva hasta terraza de la torreta. Por lo que respecta a la cuarta torre, tiene una bóveda general y seis saeteras salen de ella. Cuenta con dos plantas; en cada una de ellas hay seis habitaciones grandes y seis cuartos de baño, éstos últimos con vanos incluidos. La torre principal se encuentra en el centro del edificio. Adosadas a ella, hay unas torres poligonales que llegan hasta la cuarta planta.

La torre principal es de planta cuadrangular y cubierta lisa. En la parte superior, presenta diez garitones almenados y, en el interior, una escalera de caracol para subir a la terraza. En el interior de la torre tenemos la estancia principal y también las cocinas, sobre bóvedas construidas en sillería. Igualmente, hay varias salas, grandes y pequeñas, que son simétricas y componen un laberinto. En las plantas segunda y tercera hay muchas salas. La cuarta planta es la sala de armas. La quinta es la bajocubierta, que presenta remates de pizarra y veletas. En algunos vanos se distinguen vestigios de vidrieras coloreadas.

Adosada a la fachada derecha, hay una capilla, enteramente gótica, que tiene cuatro vanos ojivales a cada lado, entre los contrafuertes y la cubierta, de pizarra, a dos aguas.

Además, el castillo de Butrón cumple una de las condiciones para ser singular: es un edificio exento que tiene a su alrededor un jardín con numerosas especies exóticas.