El Palacio Zabiel es un edificio exento, de forma cúbica. Presenta mampostería recubierta de argamasa en la mayor parte de los laterales y la fachada trasera, y sillería en la fachada delantera, en los esquinales, en los marcos de los vanos y en la parte inferior de las fachadas laterales. La cubierta es piramidal.

En la fachada delantera, la diferenciación entre plantas se realiza mediante unas impostas muy molduradas. En dicha fachada, destaca el eje central: en la planta baja, entre postes, hay un acceso con dintel adovelado; en la primera planta, dispone de un balcón, también entre postes, que tiene encima, al par de la imposta superior, un frontón triangular partido y un escudo de armas.

El resto de los vanos se distribuyen a ambos lados de dicho eje central: en la planta baja hay un ojo de buey a cada lado; en la primera planta, una ventana y un balcón, encima del cual hay una moldura semicircular. En la segunda planta se repite el mismo sistema de huecos, pero no en el mismo orden, ya que los balcones están más al interior que las ventanas. Sobre la segunda planta hay un gran alero con canecillos (está casi completamente renovado).

El Palacio Zabiel ha conservado algunos de sus antiguos elementos; por ejemplo, en la parte inferior de la fachada izquierda hay un acceso en arco apuntado con siete dovelas. En la fachada trasera, a su vez, en el camino que conduce a un callejón, pueden verse los vestigios de un matacán construido de arenisca tallada.

En otra época el Palacio Zabiel se utilizó como escuela. Actualmente, tras ser rehabilitado, se utiliza como casa de cultura.