El Palacio Antia se encuentra en una de las plazas más hermosas y mejor protegidas de la localidad. Se trata de un edificio exento, de planta rectangular, con cubierta a cuatro aguas. Los muros presentan sillería blanqueada. También hay sillería en los esquinales y en la mayoría de los vanos.

Cuenta con planta baja y dos plantas más. La composición de la fachada principal es muy regular: ocho ejes de vanos adintelados simétricamente distribuidos. Todos los ejes de la planta baja están formados por ventanas con barrotes de hierro. En la primera planta, todos los vanos son balcones volados (dos de ellos, corridos). Todos los vanos de la segunda planta son ventanas con repisa, y son las únicos vanos que no disponen de recerco de sillería. Las dos últimas plantas están diferenciadas por medio de una moldura, que se curva y rodea al escudo de armas.

En la planta baja de la fachada principal, en pleno centro, hay una amplia entrada adintelada, y en la primera planta, un escudo de armas, también en el centro. En la parte superior, sobre la cornisa de madera, hay un alero compuesto de canecillos tallados.

La fachada derecha da a la calle Gerriko Kantoia. Su composición, distribuida en tres ejes de vanos, es más pobre y, además, carece de simetría. Destaca el eje central; presenta una entrada y un balcón volado en la planta superior, mientras que el resto de vanos son ventanas. El alero tallado continúa en ese fachada, pero está bastante deteriorado.

El muro que protege la entrada del jardín oculta las fachadas izquierda y trasera. En la fachada trasera, en las dos plantas inferiores, hay arcadas de medio punto.