Se trata de un edificio de planta cuadrada, con cuatro plantas, cubierta a cuatro aguas y muros de sillería.

La fachada principal da a la Calle Mayor y es la más interesante, equilibrada y peculiar. En la planta baja presenta un acceso en arco apuntado, provisto de dovelas. En la parte exterior tiene una escalera de 25 peldaños, que arranca a ras de tierra y llega hasta la primera planta (esa parte inferior se utilizaba antiguamente como cuadra y almacén). Unas ménsulas adornan la parte superior de la escalera, y sobre ellas se apoya un cuerpo saliente. Por la escalera se accede a la planta principal, cuya entrada es similar a la de la planta baja: un arco apuntado adovelado. Sobre el arco hay un escudo de armas.

De la primera planta en adelante, en todos los pisos pueden verse líneas de canecillos, así como ventanas con arcos trilobulados y entrevigado de ventanas. A ambos lados de la fachada principal hay aceras de piedra. Según todos los indicios, parece ser que sobre los canecillos había dos galerías que ocuparían la fachada de lado a lado. La galería inferior sería una zona fortificada, lo cual indica que se trataba de una torre defensiva.

El resto de las fachadas también presentan los elementos que hemos mencionado hasta ahora: arcos apuntados, ventanas gemelas trilobuladas, canecillos...

En 1456 Enrique IV mandó desmochar la torre y es posible que ese sea el motivo por el que falten las almenas y la zona fortificada. El hecho de denominarse Dorre Luzea (Torre Larga/Torre Alta) significa que seguramente habría cerca otra torre a la que llamarían "Dorre Motza" o "Dorre Laburra" (Torre Corta/Torre Baja).

Actualmente, es propiedad de una entidad financiera. Tras unos trabajos de renovación llevados a cabo por Joaquín Irizar, la distribución interior ha sufrido grandes cambios: la planta baja fue completamente renovada, para adecuarla a las necesidades de la entidad financiera, y el resto también fue adaptado para llevar a cabo actividades culturales (se utiliza como sala de exposiciones), si bien se intentó conservar la estructura del soportal original. En el interior dispone de obras pictóricas del siglo XVI, de gran valor, pintadas por un alumno de Berruguete.