Cuando bombardearon Gernika Picasso estaba en París. Aquel desastre le produjo una gran impresión e inmediatamente se puso manos a la obra reutilizando figuras que había pintado en obras anteriores. Las modificó una y otra vez en numerosos estudios que realizó a lo largo de las semanas siguientes. Representó el toro, la agonía del caballo, las mujeres y los niños gritando. En estos bocetos se refleja incluso más que en la obra definitiva la angustia del artista, quizá porque en un tamaño menor provoquen más impacto.

El once de mayo, quince días después del bombardeo, Picasso preparó un lienzo para pintar el mural. Tenía una altura de tres metros y medio y una anchura de casi ocho metros. Las figuras que había realizado en pequeño en los bocetos las pintó en el tamaño que correspondía al lienzo. Las alegorías que representan los horrores de la guerra aparecen en muchas obras a lo largo de la historia del arte. Picasso que conocía a la perfección esa tradición, utilizó ese tipo de imágenes para plasmar sus sentimientos. Gente sufriendo y gritando, una madre con un hijo herido o muerto en los brazos y cosas así.

En aquel momento con Picasso estaba su amante, la fotógrafa Dora Maar. Ésta documentó el proceso creativo de la obra mediante una serie de fotografías.

Dora Maar

En un principio Picasso tomó como figura principal del cuadro el brazo en alto con el puño cerrado que los republicanos españoles utilizaban como saludo, pero le pareció un símbolo demasiado explícito y al cabo de una semana cambió el puño cerrado por una mano sujetando un manojo de espigas de trigo bajo un sol radiante. Es un ejemplo de las tensiones que sufría el artista entre el mensaje político y la expresión artística.

No obstante, pensó que este cambio hacía perder al centro del cuadro su carácter de foco, por lo que trató de remediar este efecto desplazando el cuerpo del toro a la mujer y el niño y la cabeza del caballo adquiría más importancia.

Después aplicó color a algunas partes; por ejemplo a la mujer le puso una lágrima roja de sangre, pero más adelante eliminó todo el color. Desde hacía mucho, desde la misma época azul, Picasso lograba imágenes potentes pintando en monocromo. Esta vez también decidió eliminar el color para evitar que distrajese la atención del espectador y así llegase más nítido el impacto del cuadro. Después fue desarrollando la figura del guerrero y como símbolo del poder destructor que la tecnología añade a la guerra puso una bombilla eléctrica.

Aquel año se celebraba en París la Exposición Internacional. El Guernica fue llevado al pabellón de España. Al principio las críticas fueron muy agrias: se llegó a decir que no era más que un mal dibujo que podía hacer un niño de cuatro años, que era la pesadilla de un loco, etc. Desde la Alemania nazi se dijeron auténticas barbaridades, pero también desde la Unión Soviética, cuyos dirigentes preferían mensajes políticos más directos. Cuando se clausuró la Exposición el Guernica fue llevado a diversos lugares de Europa y América del Norte, tratando de hacer ver a la opinión pública el peligro que representaba el fascismo. Desde el comienzo de la II Guerra Mundial hasta 1981 el Guernica estuvo en el Museum of Modern Art de Nueva York, aunque fue llevado temporalmente a Munich, Colonia, Estocolmo o Sao Paulo. En cambio no se llevó a España en ese tiempo. Picasso deseaba ofrecer su obra al pueblo español, pero no quería que fuera llevada a España hasta que llegaran las libertades y la democracia. Picasso falleció en 1973, dos años antes que Franco. El Guernica está desde 1981 en el Museo Reina Sofía de Madrid.