El claustro románico
El claustro era el centro de la vida monacal, en tanto que imagen ideal de la Ciudad de Dios. En los claustros románicos, caracterizados en lo estructural por las arcadas de medio punto y la elevación proporcionalmente escasa de las galerías, adquirió especial significación la decoración escultórica que adornaba los capiteles de las columnas, cuyos fustes se convertían con frecuencia en representaciones de figuras o en formas ornamentales.